lunes, 9 de julio de 2012

La muerte, un paso obligado, que...Bitácora 13

La muerte, un paso que será eliminado
Escribe: Hugo Tafur
         (peruano)
La muerte de mis seres queridos y la posibilidad de ser yo el protagonista de ese paso obligado, -muchas veces- me llevaron a reflexionar sobre el tema, convenciéndome que tarde o temprano, como la Cicuta de Sócrates, beberemos de esa copa que nos borrará de este mundo, al cual como dice el vate peruano, César Vallejo: “al que yo no pedí que me trajeran” y que Jorge Manrique, el poeta español, en las coplas dedicadas a la muerte de su padre describe magistralmente con bellas metáforas lo efímero de la vida:Recuerde el alma dormida,/ avive el seso y despierte/ contemplando/ cómo se pasa la vida,/ cómo se viene la muerte/ tan callando;” “Nuestras vidas son los ríos/ que van a dar en la mar,/ que es el morir;/ allí van los señoríos/ derechos a se acabar y consumir;” “ Este mundo es el camino/ para el otro, que es morada/ sin pesar;/ mas cumple tener buen tino/ para andar esta jornada/ sin errar”.

Sin embargo, que nadie piense, que por abordar el tema de la muerte como reflexión, le tengo temor mórbido a su cumplimiento…No, definitivamente no le tengo temor alguno, mucho más, estoy convencido que es parte de nuestra naturaleza humana, nacer, crecer y morir; me preocupa más bien mi paso y  actuación en este mundo, donde inquilinos precarios debemos pasar haciendo camino, dejando huella, concientes que el camino trazado no se puede desandar, pero ¡alerta!, la huella que imprimamos en nuestro caminar, no por honda será apropiada ni ejemplar, ni digna de seguir… nuestros pasos muy marcados, pueden ser producto de nuestras egoístas pequeñeces humanas vacías de amor y cariño natural, una mochila pesada, que libre y voluntariamente llevamos a cuestas por la vida, llena de odio, ingratitud, deslealtad, envidia, rencor, maldad, ferocidad, calumnia, vicios, etc.; imaginémonos, si cada una pesara 5 kilos, la huella que imprimiríamos y lo lento que sería nuestro andar infeliz. Esa no sería la huella deseable que quisiéramos dejar.

La huella que debemos propender junto a nuestros objetivos, debe en primer lugar tener sentido de amor natural por nuestros semejantes, que nuestros pasos dados con firmeza, sinceridad y honradez, sea la marca que nos identifique como seres dignos de confianza y cariño, para cuando nos hayamos marchado nuestra huella siga impresa en el corazón no sólo de nuestra familia, sino en el corazón de nuestros amigos y quiénes conocieron nuestro esfuerzo… de hecho, esta sería una forma de seguir viviendo; como alguna vez, ya adulto, dijo el gran humorista inglés Charles Chaplin: “La vida es una obra de teatro que no permite ensayos.. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida...antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos” ; o si prefieren, una reflexión de la Madre Teresa de Calcuta, con quién no comparto su forma de entender la religión, el amor a Dios, pero eso no es motivo, para que yo no admire con sinceridad su sencilla filosofía de vida y amor, la cuál tradujo en toda su magnitud cuando dijo: “Voy a pasar por la vida una sola vez, cualquier cosa buena que yo pueda hacer a algún ser humano debo hacerlo ahora, porque no pasaré de nuevo por ahí”; esta reflexión para mí tiene sentido y apoyo bíblico, pues en Eclesiastés 9:10, dice: “Todo lo que tu mano halle que hacer, hazlo con tu mismo poder, porque no hay trabajo ni formación de proyectos ni conocimiento ni sabiduría… al lugar adonde vas”.

Pero volvamos al tema de la muerte, como paso obligado de nuestra naturaleza humana, sin una explicación razonable, la vida efímera que nos acontece resultaría para nadie apetecible... setenta años promedio de vida en el mejor de los casos resultan insignificantes, ya que desde que nacemos, somos los seres más desvalidos y menos dotados, que precisamos de trato cuidadoso para aprender a alimentarnos, caminar y expresarnos; luego, requerimos de mucho tiempo para madurar, lograr cierta sabiduría y experiencia; mientras, en el juego, la holganza, la diversión, el estudiar, el dormir, el trabajar, formar familia, etc. , consumimos el mayor tiempo de nuestra existencia y cuando reaccionamos, la muerte ya nos esta acechando en algún recodo del camino. Pero, admitamos, el pasar sin dejar huella es lamentable y un censurable desprecio a la oportunidad de vivir, aunque sea fugazmente.

Vista así nuestra existencia, preguntamos: ¿Para eso hemos venido al mundo? Nacer, vivir un poco y luego morir ¿Eso es todo? Si así fuera, miserable designio de la raza  humana; pero gracias a Dios, no es así, hubo y hay un plan para el ser humano, ya que somos la única creación con cualidades físicas, morales y espirituales evidentemente superiores en el reino animal… para no merodear por filosofías humanas respecto a este tópico, voy a ir de frente a la explicación que más credibilidad tiene para mí, sustentada por la Palabra de Dios como autoridad y refrendada por el sacrificio redentor de su amado Hijo Jesucristo. La muerte, tiene origen en el Jardín del Edén, es el cumplimiento de la sentencia bíblica que se relata en el capítulo 3, del libro de Génesis: “Porque polvo eres, y a polvo volverás”, consecuencia de la desobediencia del primer hombre, que concientemente rechazó el derecho de su Creador de ser su Dios y Gobernante, esta decisión llevaba implícita la aseveración del hombre, de poderse gobernar así mismo sin necesidad de Él ¿Y qué ha sucedido desde entonces? El hombre, con su nuevo dios que lo incitó a rebelarse en el paraíso, ha creado una serie de sistemas de gobierno que nunca dieron resultado y que sólo han tenido consecuencias funestas: “El hombre ha gobernado al hombre, sólo para perjuicio suyo” y como predijo la misma Palabra de Dios, la humanidad anda suspirando y gimiendo en todas la formas de gobierno inventadas. Nunca ha encontrado felicidad, ni ha hallado justicia.

¿Hay alguna esperanza para cambiar esta situación? ¡Sí lo hay! El Hijo de Dios abrió la puerta de esta posibilidad como dije líneas arriba, con su sacrificio cruento. Los planes de Dios, enunciados en el Edén respecto a la raza humana, siguen siendo los mismos, nada ni nadie los modificará. El Creador del hombre, el dueño de la vida, sabe como restablecer la posibilidad que el hombre viva para siempre y anular el imperio de la muerte, esa es la promesa del Todopoderoso, formulada en libro de Revelación 21:4: “Y limpiará toda lágrima de sus ojos, y LA MUERTE NO SERÁ MÁS, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado” . Complazcámonos mientras, en relación a esta esperanza, con la posibilidad enunciada por los científicos respecto a la vida: “Desde el punto biológico, sabemos que la células del cuerpo humano se renuevan cada día; por lo tanto, el hombre debería vivir indefinidamente, pero lo que no entendemos, porque a cierta edad, el hombre envejece y muere”Bien, el Dios de amor y Misericordia, si lo sabe, suspender la sentencia bíblica: “Porque polvo eres, y a polvo volverás”  dará la posibilidad de que el hombre viva para siempre en su restablecido paraíso bajo el Reino de Dios ¿Cuál reino? El que usted, y todos los que repiten la oración modelo llamado el Padrenuestro piden: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. VENGA TU REINO. Efectúese tu voluntad”… Esta  pequeña existencia, cuyo final nos causa mucho dolor, sobre todo cuando la muerte nos arrebata a los seres más queridos, tiene solución… sigamos tras las pisadas de nuestro mejor dechado, Jesucristo, el Hijo de Dios, el más Grande Maestro que ha tenido la humanidad y vivamos para siempre.

Japón-Ashikagashi, 13 de Junio de 2010
Archivo BITÁCORA 13 (2010013) Japón
Revisada para el blogger (JAPÓN 45-20120709) Tochigi Ken

2 comentarios:

  1. Hola papi de manera muy especial me agrado mucho esta cronica poque hablas de la maravillosa esperanza que Jehova nuestro creador nos da,gracias papi por publicar acerca de este tema,un beso y un abrazo a la distancia

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  2. Rosa María: Mi niña bonita, gracias por leerme. Tu sabes que no existe otra promesa con tal perspectiva. Sólo Jesucristo, el Hijo de Dios Verdadero, nos dejó esa esperanza de parte de su Padre Celestial Jehová Dios. Imagínate hijita, si la humanidad no tuviera ninguna...bien triste sería nuestra existencia: nacer, crecer, morir, sin importar si fuimos buenos o malos... por eso, muchos que no conocen sobre este premio de "vivir para siempre" viven una vida desordenada de animalitos "comamos y bebamos, que mañana vamos a morir". ¡Bueno!.. sobre ese tema ustedes saben más que yo. Un abrazo y un besito. Papá Hugo (Japón 16.09.12) Hora 22:21

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