viernes, 16 de agosto de 2013

Tiempo Adicional - Bitácora 13

Después de los 70 años
Tiempo adicional
Escribe: Hugo Tafur
(peruano)

Lo dicho, el tiempo es inexorable, nada puede detenerlo… desde que nacemos y emprendemos el viaje, ya no hay retorno; cuando una persona tiene la dicha, o la suerte, de cruzar el paralelo 70 de su vida sin pérdidas traumáticas o enfermedad, pienso, ya es un triunfador… en mi caso, salvo uno que otro dolor hipertrófico que no me limitan, me siento bien, pero seguro, con algunas cicatrices en el cuerpo y en el alma, porque sería demasiada fortuna transitar este largo sendero por la jungla del mundo y no tener huellas; sin embargo, como persona, soy conciente, que el tiempo siguiente que debo caminar es tiempo suplementario, adicional a mi existencia, aún que física y psicológicamente me sienta en estado óptimo. La Biblia, en su sabiduría rectora, como guía de ese camino, señala en salmos 90:10: “En si mismos los días de nuestros años son setenta años; y si debido a poderío especial son ochenta años,”… no hay duda, habrá limitaciones después de este cumpleaños o comenzarán aflorar… y el espejo que no miente, cada mañana, con la oración canora de las aves, me dirá sin adornos ni dobleces: ¡Tu juventud, se ha ido!

El hombre común que llega a los 70 años, lo hace casi sin sentirlo, ha estado tan ocupado en el trabajo, en la familia, en los hijos... o en la bohemia y en la vida sin sentido, que no ha advertido que la vida se compone de tiempo, y que este como dice la filosofía popular no pasa en vano... los cambios biológicos que se han ido produciendo en su organismo a medida que envejecía apenas los ha percibido; llega más bien, cargado con una serie de conceptos transmitidos por las generaciones anteriores que en su mayoría son falsos y que muchas veces, son los causantes de temores y preocupaciones que le traen sufrimiento; uno de ellos por ejemplo, está relacionado con la sexualidad, como si esta vigencia, fuera lo más importante de la existencia humana, estas personas, tardarán en apreciar y comprender, o quizá nunca, que las cosas más bellas de nuestra existencia, no son tangibles, no se pueden ver, se sienten en el corazón.   


El Dr. Jeffrey, es un ejemplo, cuerpo de joven, rostro de
adulto, que supera la edad biológica
Con los avances científicos actuales y la calidad de vida que la humanidad ha logrado en el siglo pasado y en el que estamos transitando, han modificado los parámetros de esperanza de vida, incrementando por ensayar un ejemplo, la posibilidad de superar la varilla de salto alto a más edad, se ha hecho posible; al grado, que con todo el conocimiento que dispone la ciencia, se hace difícil, establecer el segmento de la “tercera edad” en términos biológicos y decir cuándo empieza. El mundo ha contemplado, sino con estupefacción, pero si con mucho optimismo, el nacimiento de una nueva franja social que es una novedad demográfica: La sexalescencia, hombres y mujeres de 60 a 70 años, que antes se sentían y eran llamados viejos, prefieren graciosamente ubicarse en la parcela de los de “la edad de juventud acumulada”, pues después de haber cumplido como padres y haberse jubilado, viven a plenitud su existencia. Cuidar el cuerpo y la alimentación puede hacer la diferencia, ya que gravita grandemente en nuestras posibilidades, alejando trastornos producto de la edad o la ansiedad.

¿Pero, eso es todo? Nacer, crecer, reproducirse y morir… pasar por la vida, sin saber que pasamos… para nadie que estime su existencia y lo haya razonado, se le escapará el detalle, después de nuestra cuarta generación quién se acordará de nosotros, en ese momento seremos polvo, parte de los diferentes elementos químicos de lo que esta compuesta la tierra, nuestro recuerdo se habrá borrado; sin embargo, hay algo en la profundidad de nuestro ser, de nuestro corazón, que nos hace desear la eternidad, quisiéramos vivir para siempre, con salud y juventud. ¿Entonces? Es una desgracia el morirnos, es allí, donde empiezan a surgir muchas preguntas y no tenemos ninguna respuesta… Bueno, yo diría, que sólo una,  en ella, se nos explica porqué envejecemos y morimos, y se encuentra en la Biblia… pero como ella misma dice, lo peor no es morir, sino lo peor que nos puede ocurrir a cualquier ser humano que haya llegado a esta gigantesca nave espacial que es la tierra, es pasar por ella, sin dejar huella de nuestro paso, sin haber... acumulado tesoros espirituales.

En esa dirección, siempre me cautivó y lo tengo presente, una frase que escuché de mis mayores: “Es bueno ser importante, pero más importante, es ser bueno”, que implicaba para nosotros, ser felices, buscando el bien de nuestros semejantes; o lo que era lo mismo, que antes de buscar ser admirados, debería ser más deseable tener el respeto de las personas, ya que finalmente, como lo aseveró el Señor Jesús, serán nuestras acciones y no nuestras palabras, la que finalmente nos harán ganar la aprobación de su Padre Celestial… En todo caso, cuando llegue el momento de mi partida, quisiera tener la suficiente lucidez espiritual para agradecerle a Dios, su mano oportuna, que estuvo allí justa para salvarme de los peligros que me asecharon en la vida… levantándome cuando me caía; también, para agradecerle la opción del duro trabajo, que me enseñó, que nunca cosecharía el fruto dorado, maduro y digno, si antes no lo regaba con el sudor de mi esfuerzo y honradez. Amé y fui amado, a todos los que me dieron amor, les pagué con amor; a los hijos, con los que el Divino me bendijo, los cuidé, los protegí y les enseñé a volar libremente como las aves del cielo, jamás coacté su libertad y libre albedrío, argumentando mi propiedad... parodiando a Nervo diré entonces: “Vida, nada te debo, vida, estamos en paz”… anhelo para mi como tumba, el inmenso mar, mis cenizas deben ser arrojadas en la "Bocana Grande" de mi puerto, donde juguete del viento y de las olas, terminarán por fundirse con mi Chimbote querido... en cuyas playas, desde niño, fui inmensamente feliz... a mi "Pueblo Chiquito", le agradezco el honor, de haber sido el lugar donde vi la luz primera. Amén.

CRÉDITO: Las gráficas que ilustran, han sido tomadas de internet.

Ashikagashi, Sukedo Higashiyama, miércoles 14 de agosto de 2013
Archivo BITÁCORA 13 (14.08.13) Tochigi Ken – Japón
Revisada par el Blogger (JAPÓN – 88-20110816) Ashikagashi

lunes, 12 de agosto de 2013

LOS MÁRTIRES DEL PUENTE GÁLVEZ (Chimbote)

Chimbote 14 de junio de 1960
Los mártires del Puente Gálvez
Escribe: Hugo Tafur (*)1
(peruano)
Por varios años, los chimbotanos hemos contemplado el monolito que se levantaba en el lado derecho del ingreso norte, al puente “José Gálvez” de nuestro puerto… enhiesto, altivo, acusador. Porque su presencia, era eso, un perenne recordatorio de aquella gesta laboral, donde las balas de la represión, cegaron la vida de Roberto Pajuelo, Santiago Reyes, Luis Obeso y Ezequiel Pereda, sin contar los heridos que quedaron luego de esa criminal refriega propiciada por las fuerzas del orden, las que supuestamente están para cuidar y proteger a la ciudadanía, pero que en nuestro país como en muchos de Sudamérica, las armas que esgrimen, siempre apuntan fraticidas contra el pueblo. Esta violación de los derechos humanos y de los peruanos en particular, es desde hace mucho, la forma de acallar a quiénes osen reclamar sus derechos; la historia laboral en nuestro país, esta escrita en los distintos gobiernos, con derramamiento de sangre y pérdida de vidas humanas, como un tributo que el pueblo paga, para lograr comer pan con dignidad. El monumento en referencia, fue erigido al principio de la década del setenta (1961-70), como homenaje a los cuatro mártires, que cayeron abatidos justo en ese lugar.

Ubiquemos el escenario, de esta tragedia: Chimbote junio de 1960… La población porteña respiraba intranquilidad, los trabajadores siderúrgicos desarrollaban su primera huelga general indefinida, cuyo desarrollo, alteraba y modificaba la vida de la ciudad; sin embargo, convencidos que les asistía la razón a los hombres del acero, Chimbote, los apoyaba y expresaba opinión favorable. Pasaban los días, y la empresa SOGESA, no cedía en su determinación de no discutir el pliego de reclamos de ese año, desconociendo incluso, el primer convenio firmado el 30 de junio de 1959,  donde figuraba el aumento por costo de vida, aceptado de mutuo acuerdo entre Empresa y Sindicato, y que a la letra decía en la cláusula segunda numeral “d) El costo de vida se calculará cada primero de febrero, teniendo en cuenta las cifras que acuse la Dirección Nacional de Estadísticas, a razón de 5% por cada diez puntos. El año base es el de 1958…”; esta actitud, en asamblea general, fue considerada como una mofa y falta de respeto a la clase trabajadora, por lo que se decidió iniciar en la segunda quincena de mayo una huelga general… la llama votiva, de la industria siderúrgica se apagaba por vez primera y el cielo de Chimbote, con trazas de luces, nos mostraba una pintura abstracta de indefinida interrogación.

Se vivían los primeros días del mes de junio de 1960, la Empresa SOGESA no cedía, se mantenía intransigente y se negaba a resolver la controversia, evidenciándose cierta arrogancia en el trato de quién se cree superior; pretendía acaso, al dilatar la solución de la huelga, doblegar la moral combativa de los siderúrgicos, agotándolos económicamente y venciéndolos por falta de recursos para seguir manteniendo su postura. A esa altura de la medida, también confiaban que el desaliento traducido en “amarillaje” propiciaría la ruptura de la huelga, con el retorno en estampida de los siderúrgicos vencidos; su invidencia e insensibilidad, los hacía alucinar una derrota que estaba muy lejos de ocurrir, su ceguera no les permitía ver el cordón umbilical que unía al pueblo chimbotano y los trabajadores siderúrgicos… mentes lúcidas y perspicaces de los hombres del acero, rápidamente establecieron, que esa actitud displicente estaba diseñada y respaldada desde el mismo gobierno, por lo que consideraron que había que dar respuestas más contundentes, ya no eran suficientes, las marchas aisladas de los siderúrgicos por las calles del puerto, haciendo escuchar su razón y su protesta…

Gobernaba el país, por entonces, en segundo período no consecutivo (1956-62), don Manuel Ignacio Prado Ugarteche, quién había llegado a palacio gracias a su alianza con el APRA, partido liderado por Víctor Raúl Haya de la Torre y que a la sazón se encontraba proscrito; por cuyo motivo, a ese gobierno se le conoció como “el Gobierno de la Convivencia” por sus “amarres” y “enjuagues” políticos, efectuados en un clima de agitación, debido a la crisis económica cada vez más extrema, lo que motivó una férrea oposición, del partido “Acción Popular”, liderado por Fernando Belaunde Terry, y por parte de los diarios “El Comercio” y “La Prensa”; sin embargo, con gran capacidad de maniobra política, el presidente Prado, convocó a diferentes personalidades políticas, a fin de estabilizar su gobierno, entre ellas al liberal, Pedro Beltrán Espantoso, director del diario “La Prensa”, quién de ser su acendrado opositor y crítico, pasó a ser su aliado, con el cargo de Ministro de Hacienda y presidente del Consejo de Ministros. Para superar el estado complicado del gobierno, Beltrán, tomó una serie de medidas, cuyas consecuencias las sufrió el pueblo, que se debatía en la miseria. El descontento popular, era innegable, las huelgas y protestas menudeaban, la entidad gubernamental las acallaba de manera cruenta.

En nuestro puerto, la pretendida burla y escamoteo de los derechos reclamados por los siderúrgicos, estaba propiciando una de las unidades más hermosas y significativas que se recuerde en la provincia del Santa y que años después, se reeditaron una y otra vez, en las diferentes huelgas que le cupo asumir a los hombres del acero; pronto el gobierno y los directivos de la empresa SOGESA, sentirían el poder del “Poder Popular”… el estimado débil y solitario Sindicato de Obreros Siderúrgicos, se tornaría poderoso, al concurrir en su apoyo sus hermanos de clase y el pueblo de Chimbote… hecho que los obligaría a sentarse en la mesa de negociaciones, para resolver el problema que habían generado.

En decisión inteligente, los directivos del sindicato de los hombres del acero buscaron y convocaron el apoyo y solidaridad de las fuerzas sindicales de la provincia del Santa, los primeros en responder fueron los bancarios, mediante su Centro Federado de Chimbote, quiénes proponen un paro de 24 horas, decisión que suma, al Sindicato de Empleados de SOGESA. Después, el apoyo solidario a la huelga indefinida de los obreros siderúrgicos se generaliza, sobre todo, teniéndose en cuenta, que 19 valientes obreros se encontraban en huelga de hambre, lo que motiva que los sindicatos agrupados en la Unión Sindical Provincial del Santa (hoy FESIDETA) consideraran de urgencia el paro provincial; y es así, que de inmediato los sindicatos de conserveros y harineros de pescado, los hoteleros, los de la Corporación Peruana del Santa, los campesinos de Tambo Real, Rinconada, Suchimán y San Jacinto, decretan el día 10, un paro de 24 horas para el 14 de junio de 1960, considerando que el fin de la Primera Huelga General Indefinida de los Obreros Siderúrgicos, no podía posponerse más, programando una gran movilización de trabajadores, acompañados de sus esposas.

Ese 14 de junio, quedaría marcado como histórico, tal como lo decidió la entidad matriz, los sindicatos y el pueblo de Chimbote, se movilizan expresando en las calles su solidaridad activa con los siderúrgicos en huelga, miles de bancarios, conserveros, hoteleros, pescadores, campesinos, encabezados por los siderúrgicos y sus esposas, en una marcha de por si imponente, no sólo por la convocatoria, sino por el número  que cubría varias cuadras “de bote a bote”, todos expresando con su presencia y viva voz, su exigencia… A pesar de lo gigantesca, toda la marcha transcurrió dentro de un orden aceptable y después de escuchar y de hacer escuchar a las autoridades la palabra de los dirigentes en la Plaza de Armas, se decidió el retorno en forma ordenada, al local sindical de los siderúrgicos.
La algarabía era evidente, el paro provincial había sido contundente, nada se había movido en la provincia de Santa… La marcha retornaba por la avenida Gálvez, pronto comenzarían ascender el Puente José Gálvez, rumbo al local sindical, quiénes marchaban a la cabeza, no sospechaban que un chacal “loco”, sediento de sangre, los esperaba agazapado para clavarles sus feroces fauces… sólo faltaba una cuadra, cuando de pronto, en 5 esquinas, donde el jirón Manuel Ruiz y Gálvez, se cruzan, apareció de improviso para impedirles el paso, las fuerzas policiales al mando de un oficial de apellido Merino, provocando un enfrentamiento innecesario y desigual, la Guardia Civil con armas de fuego y los manifestantes con la fuerza de su unidad y solidaridad… En ese enfrentamiento desigual, caen abatidos por las balas: Roberto Pajuelo, Santiago Reyes, Luis Obeso y Ezequiel Pereda, 4 hijos del pueblo y muchos heridos, estos lamentables hechos no amilanó a la gran masa de manifestantes, más bien los acicateó para retomar la protesta con mucho coraje y arrojo… retornando al centro de la ciudad, a su paso, dieron vuelta a algunos vehículos y les prendieron fuego, tuvo que suceder estos cruentos hechos para que la Empresa se sentara a tratar con la comisión esa misma tarde, en la ciudad de Lima.
Luego de un breve intercambio de opiniones, la representación de la Empresa, acepta otorgar el aumento por costo de vida, y discutir los puntos de condiciones de trabajo contenidos en el pliego de reclamos; consecuentemente, la representación sindical acepta levantar la huelga el 16 de Junio de 1960, pero la reincorporación al trabajo se efectuaría el 17 de Junio, después del entierro de los caídos en la histórica jornada de lucha. Firmaron el acta, del acuerdo final, por SOGESA: Dr. Andrés Aramburú, Sr. Juan Manrique de Lara, Dr. Carlos Antunez de Mayolo, por el SINDICATO firman: Dagofredo Lara Melgarejo – Secretario General, Federico Kisijara –Secretario de Defensa, Orestes Coral – Presidente Comisión de Pliego, Alejandro Tirado – Secretario de la Comisión, Manuel Loayza – Vocal. De la Comisión, Mario Gordon  – Vocal. De la Comisión y Anatolio Cadillo – Delegado Hidroléctrica Huallanca.
Al recordar esa gloriosa gesta, queremos expresar nuestro reconocimiento al bravo pueblo de Chimbote, cuyo apoyo y solidaridad en las luchas laborales, ha hecho respetar el sagrado derecho de los porteños, a comer el pan de la dignidad y justicia. Igualmente, para solicitar a la gloriosa FESIDETA, interponga sus buenos oficios, para reponer en el lugar que siempre debió estar, el monolito en homenaje a los mártires obreros, que se inmolaron aquel lejano 14 de junio de 1960. Gloria eterna, a ellos.
(*)1.- Agradecimiento: A mi amigo Almagro Gil Suárez, ex dirigente del glorioso Sindicato de Obreros Siderúrgicos de Chimbote, con cuyas precisiones, terminé está crónica que permanecía inédita hace años.  

CRÉDITO: Foto tomada de internet.

Chimbote, 14 de junio de 2000
Archivo BITÁCORA 13 (15.06.2000) Chimbote
Revisado para el blogger (JAPÓN 87-20130614) Tochigi Ken

domingo, 11 de agosto de 2013

BANDEROLAS - Niños de la Calle - Bitácora 13

Niños de la Calle
BANDEROLAS
Escribe: Hugo Tafur
      (peruano)

Es madrugada en el puerto, una lluvia fina y persistente va dejando su huella en las aceras y en el asfalto de las calles, tornando su superficie húmeda como espejo, donde se reflejan mortesinas las luces de los postes de alumbrado, cuyas farolas al amanecer, pierden su luminosidad al ser opacadas por ese humo pestilente que arrojan las fábricas pesqueras, niebla industrial que invade inmisericorde las arterias de nuestra ciudad… dándole a los profanos, el razonar simplón, que “cuando Chimbote huele feo es por que hay plata”, superficial  reflexión, acuñada quizá para justificar el asesinato de nuestra bahía, pero sin el conocimiento de todo lo que  implica esta polución atrapada en nuestra ciudad… Han transcurrido casi 40 años, desde que se inició el boon pesquero en nuestro puerto, ¿dónde está el progreso que ha dejado la depredación de nuestro mar? Si observamos con detenimiento las calles y los barrios periféricos de nuestro Chimbote, ahí encontraremos la respuesta descarnada… es madrugada, apretujados sobre unos cartones, en un recoveco cualquiera de un edificio del centro, duermen cuatro niños…

Estamos 24 de diciembre de 1977, esta noche es Nochebuena, Chimbote luce conmovido… hace 19 días que los siderúrgicos obreros y empleados se declararon en huelga general indefinida, la Empresa Siderúrgica del Perú - Siderperú, en evidente burla, se negó a reconocer los pactos y convenios laborales firmados de mutuo acuerdo, lo que no dejó a las dirigencias otra alternativa, que convocar de inmediato a una urgente asamblea general conjunta para el 05 de diciembre, fecha en la que por unanimidad los hombres del acero, decidieron la medida de lucha en la que se encontraban. La historia se volvía a repetir, parecía el sino de los últimos 20 años, los siderúrgicos volvían a levantar su consigna “Sólo con la lucha, al pueblo se le escucha”, tendrían una vez más que arrancar sus conquistas laborales con lucha viril, para ello se mantenían solidamente unidos, incluso era notorio, Chimbote, expresaba su simpatía por los hombres del acero y muchos porteños no siendo siderúrgicos y muchas dirigencias barriales se sumaban a las protestas y marchas.

Respecto a otras noches, la sede sindical ubicada en la última cuadra de la avenida José Gálvez, luce despoblada, una decena de personas voluntarias acompañan a la guardia sindical nocturna de ese día… el grueso de los hombres del acero, se han marchado a sus casas a recibir la Nochebuena en familia… En una mesa pequeña, seis siderúrgicos matan el tiempo jugando a las cartas; otro pequeño grupo, recostado sobre unas bancas, charlan sobre el estado de la huelga; afuera, en el fogón donde se prepara la “Olla Común”, la valerosa compañera Sarita y dos damas más, se esfuerzan por tener lista la leche con chocolate para los compañeros de guardia, quiénes se mantienen alertas, quizá temiendo, que la policía venga esa noche a querer tomar la sede sindical, que ya lo habían intentado en días anteriores; por ello, aparte de las chapas, la rejas lucen encadenadas. El tiempo inexorable avanza, los relojes marcan las 12 de la noche… ¡La Navidad ha llegado!.. Todos los presentes se abrazan, deseándose mutua felicidad y hacen votos, porque el Niño Jesús, pronto bendiga con el triunfo y se termine la huelga…

Había dicho, que la sede sindical siderúrgica esa noche lucía desierta, pero me corrijo, el mañana hecho niñez, duerme placidamente sobre las banderolas de tela y cartón con que los siderúrgicos salen a protestar y mover su huelga por la calles de la ciudad; en un ambiente junto a la sala de reuniones, la secretaría de prensa y propaganda guarda todas sus banderolas, fue el lugar, que los “niños de la calle” habían elegido con el derecho que les da ser hijos del pueblo, para pernoctar y guarecerse de las inclemencias del tiempo; allí, con la inocencia de su edad... fatigados, agotados, hambrientos, sin que nadie se percatara, se escondieron y se quedaron dormidos sobre las banderolas sindicales, sabiéndose seguros en el local de sus “hermanos siderúrgicos”... Mayúscula sorpresa, cuando alguien los descubrió... ellos mismos, en estado de abandono, son banderolas vivas de protesta de una niñez no atendida en sus derechos por el Estado, que inoperante e incapaz, cierra los ojos indiferente ante las pomposas declaraciones de entidades internacionales y múltiples leyes emitidas a favor de la niñez … nuestro futuro, yace dormido en el suelo.        

Las compañeras, al enterarse de la presencia de los niños, apuraron la atención a la guardia nocturna del sindicato y a los pocos voluntarios que acompañaban, y de inmediato, imbuidas de ese sentimiento de madres, se abocaron a preparar una mesa con ocho tazones de chocolate con leche, sendas porciones de panetón y algunos trozos de pollo a la brasa; luego despertaron a los niños, que en la inconciencia de su sueño, como movidos por un resorte,  todos se levantaron a la vez… la voz serena de la compañera Sarita, los terminó de tranquilizar y la siguieron a la mesa que las buenas mujeres habían preparado para ellos; al verlos llegar, un viejo siderúrgico dijo en voz alta ¡Feliz Navidad, niños! Y se acercó abrazarlos, escena que fue imitada por todos los presentes y  que los niños recibieron con agrado y ya sin temor… poco después, disfrutaban de su cena navideña. La casualidad y las circunstancias, habían traído a estos ocho niños, que reflejaban en su rostro infantil la mirada del Niño Jesús… quizá como un mensaje de fe y esperanza, el triunfo de nuestra huelga. Así sea.

Chimbote, (Nochebuena) 24 de diciembre de1977.
Archivo BITÁCORA 13 (26.12.1977)  Chimbote
Revisado para el Blogger (JAPÓN 86- 20130811) Ashikagashi

miércoles, 7 de agosto de 2013

Eleodoro Córdova Gottfried - Bitácora 13


Eleodoro Córdova Gottfried
Un adiós de aflicción y esperanza
Escribe: Hugo Tafur
       (peruano)
Lejano y afligido, me llega el grito de esperanza escrito por Manuel Ríos Mantilla, en la última línea de su nota de despedida al amigo y colega, Eleodoro Córdova Gottfried: “¡Cuando un periodista muere, nunca muere!”. Me quedo pensativo… y la frase repetida por el eco, alucino escucharla reproducirse en el ambiente de nuestra hermosa bahía “El Ferrol”; mientras, las voces broncas de los curas de nuestras iglesias, elevan su plegaria por el descanso eterno del colega que se marcha… es cierto, los periodistas auténticos nunca mueren, la única muerte verdadera, es el olvido, y lo que es evidente en nuestro puerto, es que a los combatientes dignos de la pluma, no se les olvida… seguirán morando, junto a los periodistas que le antecedieron, en la marquesina fraterna del recuerdo de los chimbotanos y  de su institución... su espíritu, ubicado en alguna estrella sobre el cielo de la ciudad, seguirá brillando, porque como dijo Manuel, "cuando un periodista muere, nunca muere".

Para los que conocimos la "vieja guardia de la pluma" chimbotana, no es un secreto el profesionalismo de "Lolo" y el espíritu combativo que siempre lo caracterizó, desde su época de redactor del Diario “El Faro”, como corresponsal y como director del Diario “Las Últimas Noticias”; para nadie que lo tratamos y lo seguimos como sus lectores, podemos olvidar, las duras polémicas en la que se enfrascaba en defensa de la ciudad, demandando de sus autoridades más identificación con la problemática que entorpece y frena el desarrollo de Chimbote. Hay que reconocerle también, la defensa cerrada que mantenía contra los depredadores de la pesca, conminándolos a respetar, la normativa para la captura y explotación de nuestra riqueza marina; su consecuencia, lo llevó muchas veces a encarar a malos magistrados, que suministraban a todas luces, justicia torcida, amañada y parcializada, en una institución en evidente estado de descomposición. El amplio conocimiento que dominaba, se extendía a lo local y a lo nacional, opinando y fiscalizando con autoridad, sobre distintos temas de interés. Eleodoro Córdova, era un ejemplo a seguir como periodista, pues era un  maestro del poder de opinión.

Eleodoro, como hombre, padre y amigo, tenía para mí una calificación sobresaliente, que superaba en mucho cualquier defecto que se le pudiera haber atribuido… conozco a su hermano Augusto y sus hijos César y Elsa Córdova Ponce... jamás he olvidado, el amor con que Elsita su amada hija, pronunciaba su nombre, expresando su orgullo por su padre… este cariño entrañable, también lo he percibido en su nieta, Nicole Córdova Rodríguez, quién conciente de la gravedad de su amado abuelo, no dudó en convocar por internet a “una cadena de oración” en pro de su salud. No podemos desconocer estas manifestaciones de afecto, solo se dan en un contexto de profundo amor, lo que nos configura un padre y un abuelo amado. Como amigo, baste las decenas de expresiones expuestas, por colegas y amigos ante el dolor de su partida, todo esto confirma, la persona que era nuestro amigo, Eleodoro Córdova Gottfrield.         

En medio de mi cavilación surge una interrogante, busco entre la bruma del tiempo la respuesta y trato de recordar cuando conocí a Eleodoro, quién me lo presentó... de primera instancia, no atino ubicar ese momento, desfilan por mi mente antiguas vivencias, amigos y lugares, los escenarios de las diferentes radios que existieron en nuestro Chimbote de ayer, y finalmente me centro, en Radio Chimbote, Cadena Nacional Radio Victoria, ubicada inicialmente en la quinta cuadra del jirón Francisco Bolognesi, en una casa estrecha de madera, regentada como administrador, por el periodista, Jorge Gil Hervias Sánchez, director de la revista “Colectividad”; o  posterior, la misma Radio Chimbote, ubicada en la segunda cuadra del jirón Manuel Villavicencio, junto a la sastrería "Excelsior", ya administrada por los señores: César Noriega y Juan Colquicocha Agreda; en ese reducto,  viene a mi memoria, el periodista de Radio Nacional, que se aposentó en Chimbote, Ignacio Navarro Cossío, quién dirigia "La noticia, el comentario y el humor" y la revista "Enfoques", y  en algún momento de nuestra historia local, rivalizó con el señor Miguel Mohana, al postular ambos para la alcaldía de Chimbote; también, las figuras del Dr. Manuel Torres Vásquez, José Pascual Bueno, Alejandro Torrejón Casana, Juan Albites Mendoza, Alfonso “Pocho” Apéstegui, Víctor Ignacio Ávalos, Juan Castillo... Pero ¡Claro! Fue mi amigo, Carlos Antonio Romero, el empresario artístico, que traía para el coliseo “Chimbote” a los artistas de moda de esa época, quién nos presentó.

Quiero finalmente, expresar mis sentidas condolencias a la familia Córdova, de modo particular a César y Elsita Córdova, esta última como dije, entrañable amiga, con quién compartimos horas, días y años de labor, en la Empresa Siderúrgica del Perú – Siderperú; al Centro Federado de Periodistas de Chimbote, su institución matriz de periodista y a todos y cada uno de sus miembros federados, para todos mi sentido abrazo solidario... ¡Requiéscat in pace, Eleodoro!.. Dios, te acoja en su gloria.

CRÉDITO: Logo y foto tomada de internet "Chimbote en Blanco y Negro"

Japón – Tochigi Ken, 07 de Julio de 2013
Archivo BITACORA 13 (07.07.13) Ashikaga Shi
Revisado para el Blogger (JAPÓN – 85-20130807)