jueves, 12 de julio de 2012

Toque de silencio - Bitácora 13

El pequeño héroe
Toque de silencio

Escribe: Hugo Tafur
        (peruano)
Noche de ensueño... noche clara y bella tachonada de estrellas, con luna grande y redonda como queso colgada en el cielo. Otro día, seguramente Toñíto junto a la abuela Juana, hubieran estado desde el patio de su casa  cautivados por el embrujo de bóveda tan hermosa, contando estrellas e identificando constelaciones como siempre... pero el día anterior, por primera vez en sus 12 años, abuela le había rebelado un secreto que llenaba de orgullo su corazón; el padre de ella, había muerto luchando ardorosamente en la Batalla de Miraflores, defendiendo a la patria amenazada por el ejército invasor chileno, el 15 de enero de 1881... Su cuerpo yacía en el viejo cementerio de la ciudad, en una tumba humilde y sin nombre, la cual ese día visitó y con mucha unción ante ella, saludó militarmente al bisabuelo… Por ello, esa noche, ante la luz de un viejo candil a kerosén, Toñito, leía cartas y documentos dejados por su bisabuela, entre ellas, había una donde el Coronel Andrés Avelino Cáceres, le narraba el heroísmo de su esposo y le expresaba su más sentidas condolencias. Una herrumbrosa  espada acompañaba la herencia familiar tan preciada.

Luego de vista tan fascinante y una larga conversación con su abuela, Toñito se dispuso a dormir a instancias de la anciana. Primero, le fue imposible conciliar el sueño, vuelta a un lado y otro sobre su cama, denotaba la excitación que lo embargaba… finalmente se quedó dormido, sólo para volver a empezar, su rica imaginación de niño lo hizo soñar, que se encontraba participando en la Batalla de Miraflores, herido, pero en medio del fragor con mucha valentía, incluso vio a su bisabuelo Francisco, dándole ejemplo de arrojo y coraje: “Porqué el corneta con su izquierda mano / lleva a sus labios la corneta fiel; / es casi un niño, más resopla ufano / y toca al mando de su coronel”.

Su corazón de niño vibraba en la batalla… por una carta donde el bisabuelo Francisco, se despedía de la bisabuela Marcelina, conminándola a ser valiente y defender a sus hijos  por sí cayera en la batalla, Toñito se había enterado que la patria estaba en peligro y que requería, si fuera necesario, de la sangre heroica de sus mejores hijos. Por ello, en su sueño de esa noche, escapó de su hogar, para viajar a la capital y presentarse ante los defensores, más un Capitán, le pidió regresar a su hogar: “Dejó en su hogar el paternal cariño / y por la patria a pelear marchó/ un capital le dijo: “Eres un niño”/ “¡Pero peruano!.. él niño contestó”.

La convicción de su decisión, finalmente, venció la resistencia de los cuajados militares que no podían creer que hasta los niños querían ofrendar su vida para proteger a la patria y ocultando una lágrima furtiva – porque estimó, que este valiente niño, podría ser su propio hijo- el opositor Capitán, se allanó y le entregó como arma una corneta: “Y le entregaron la viril corneta / que en la batalla resonando está / con la izquierda sólo la sujeta / pues la derecha no resiste más”.

Es sabido, es histórico, que muchos jóvenes alumnos junto a una gran masa de civiles participaron derrochando valor y heroísmo en la Batalla de Miraflores. También es histórico, que estuvimos a un tris de vencer en varios momentos, el desorden con que se empezó la batalla, no permitió a los mandos peruanos percatarse de la gran oportunidad que se les presentó para terminar vencedores como lo relata el cronista chileno, Manuel José Vicuña, en una carta a Ibáñez: “Figúrese amigo Ibáñez, lo que habría pasado si, mientras el coronel Lagos estaba apurado por la izquierda en medio de la confusión y el desorden producidos por la sorpresa hubieran aparecido esos once batallones de la izquierda peruana por retaguardia envolviendo en su círculo al general en jefe con todo su Estado Mayor; a doscientos oficiales que cruzaban en todas direcciones buscando sus cuerpos, comunicando órdenes y recogiendo dispersos... en fin, a mas de mil quinientos soldados, sin armas, con todas las trazas de la borrachera de Chorrillos y que envueltos con una multitud de paisanos y mujeres vagaban por potreros, callejones y caminos, aumentando el laberinto y fomentando el desaliento con relaciones falsas para disculpar su ausencia de las filas, ayudados todavía por las alharacas de las mujeres que recibían a los heridos salidos de la línea con mil aspavientos de alarma, miedo y terror... La avería estaba pintada, la derrota en la atmósfera y en la imaginación de todos, el recuerdo del desastre de Tarapacá”. Imagínese, que hubiera acontecido si esta oportunidad hubiere sido advertida y la batalla hubiera terminado con todo el Estado Mayor chileno, diezmado y prisionero, la infausta invasión chilena hubiera terminado allí: “Ay, a su diestra le llegó un balazo / chorreando sangre toca el cornetín/ heroico niño, mutilado el brazo/ por el ganó su batallón al fin”. El final de esta poesía épica hubiera sido realidad y nuestro Niño Corneta, no habría muerto…Tampoco, las notas de un corneta tocando a silencio en el camposanto,  hubiera rasgado el aire y partido el corazón de quiénes contemplaban con un nudo en la garganta como la tierra se abría y la patria recibía en su seno al niño héroe.

A cien años de dicho aciago evento, quiero rendir con esta crónica, mi sentido homenaje a todos los elementos civiles y militares que participaron en tal epopeya; de modo especial, en la figura de “Toñito”, a todos los estudiantes y adolescentes que lucharon como leones para no ver a la patria humillada por las huestes invasoras chilenas. De los antinacionales, traidores y vende patria, que  se identificaron con el invasor ni acordarse... salvo para maldecirlos.

Chimbote, 29 de Enero de 1981
Archivo BITÁCORA 13 (19810129) Chimbote
Revisado para el blogger (JAPÓN 46-20120712) Tochigi Ken   

 Nota.- Desconozco el nombre del autor de la poesía épica “El niño héroe”, incluida en negrita y letra cursiva; sólo recuerdo que la aprendí en Primaria, de un libro de lectura denominado “Hacia la Cumbre”. Si alguien recuerda al autor, por favor hacérmelo saber para otorgarle el crédito.

7 comentarios:

  1. Apreciado Hugo, uncido de emoción he leido tu entrega “Toque de Silencio...”, mientras recorría tus líneas no pude evitar recordar que un día de diciembre de 1978, cuando yo tenía 17 años, visité Arica. Subí al Morro. Y con la mira pegada a los cristales del Museo de Sitio vi vestigios patriotas en el interior. No me di cuenta cómo empecé, pero estuve llorando. Nunca he compartido ésto, pero siempre he pensado en ello, en la fuerza psicológica y emotiva de la patria y su historia.
    Gracias por tus escritos.
    Eduardo

    Pd: De chico también lei Hacia la Cumbre, pero no tengo el dato que necesitas.

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  2. Gracias apreciado Eduardo: Expresión de sensibilidad y amor a la patria, que pinta al gran humano y peruano que eres y que yo, no puedo menos que enorgullecerme, de contarte entre mis grandes amigos. Un abrazo.Hugo (Japón, 22.07.12)

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  3. Hola recuerdo que meabuela me cantaba esta cancion de niña, sin embargo buscando la poesia por el nombre “El niño héroe” no encuentro nada, habria la posibilidad que me enviaran aunque sea la letra?

    Muchas gracias

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  4. Estimada Adelis: Con mi saludo mi agradecimiento por leerme. Respecto a su petición: En primer lugar me ha sorprendido gratamente saber que "El Niño Héroe" tenía música;figúrece, yo la recitaba en la escuela primaria y sólo con ese recuerdo he bordeado en negrita los párrafos de mi nota. Esa es la letra que dispongo. Gracias. Dios la bendiga. Hugo Tafur (Japón 05.09.12)

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  5. Perdón, quiero se muy respetuoso, ese poema pero como canción, me las enseñaron cuando chico en el colegio, tenía 7 años, hoy 67, la canción estaba referida al corneta de la Esmeralda, Gaspar Cabrales muerto en el combate Naval de Iquique en 1879, ver lo que expone este blog me sorprende, me interesatía aclarar las versiones para vet cual es lo real o ladistorsión historica.

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  6. Me llamo Francisco Sagredo Caceres, soy chileno y de familia de marinos

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  7. Me llama la atención que se alude a un controvertido valor: "el patriotismo" y nadie se pregunta por qué un niño tiene que estar en una guerra con espúreas finalidades; fundamentalmente económicas, que nada tienen que ver con los valores humanos.

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