viernes, 9 de septiembre de 2011

Maestrita Buena (Homenaje) - Bitácora 13



Dayner Aldair, en la fachada
de su Jardín de Niños"Ruso"-2003 
 Maestrita  Buena
Escribe: Hugo Tafur
         (peruano)
El sábado veinte, acudí a la clausura del año escolar 2003, en el Jardín de Niños Nº 302 “Ruso”. Finalizaba la primera experiencia estudiantil de mi pequeño hijo Dayner Aldair  y deseaba estar presente para apoyarlo si fuera necesario; pues, pese a nuestra conversación en casa, no sabiamos como iba a reaccionar al despedirse de sus amiguitos, su auxiliar, su querida maestra y su jardín…"Ha llegado el momento de dejarte, / nuestra labor del año está cumplida; / somos el escuadrón blanco que parte / con la amargura de la despedida"…

Cuando me dirigía a la reunión, un sinnúmero de recuerdos cruzaron por mi mente... el día que evaluaba donde matricularlo, su mamita Miryam, desde Japón, con el cariño y engreimiento que le tenía al pequeñín, abogaba porque escogiéramos donde el se sintiera a gusto y tuviéramos la seguridad de que hiciera un buen Jardín; finalmente, después de muchas idas y venidas   primó el ruego materno, que lo hiciera en el Jardín “Ruso”, ella había estudiado allí y por una cuestión sentimental, le agradaría que él también lo hiciera. Transcurrido el año escolar, estimo que fue un acierto el haber optado por esta posibilidad, no sólo mi hijo hizo un excelente jardín con resultados positivos; sino también, tuvo el apoyo de una excelente educadora y una auxiliar. Satisfecho, pensé, quién sabe algún día cuando él padre, deseará por la grata experiencia vivida en sus aulas, que sus hijos sigan la tradición de iniciarse como estudiantes en el Jardín de Niños "Ruso": "Patio con sol que nunca olvidaremos, / aula donde aprendimos tantas cosas; / pedacito de cielo que aun te vemos / por la ventana abierta entre las rosas”.

(Como acción protectora, acostumbro ejercer sobre mis hijos cuando están pequeños, una “libertad vigilada”, procurando mantenerme a “varios pasos de distancia", a fin  de no se enteren que los tengo observados y se incomoden, permitiéndoles de ese modo, que poco a poco logren confianza y construyan su propia personalidad, basada en los consejos que le damos en casa y el conocimiento que van adquiriendo; sin embargo, de manera muy sutil, les hago sentir que estamos para apoyarlos en lo que necesiten). Fórmula simple, basada en un marco de amor, que nos ha dado magníficos resultados con nuestros hijos mayores.

Daynercito, con un grupo de niñas cantando
en actuación escolar
En ese sentido, cuando tengo que dejarlos en alguna institución educativa, de una manera discreta  analizo el medio ambiente y la infraestructura, afín de establecer si existen “condiciones inseguras” que hago conocer a mis hijos y a los responsables del centro escolar,  formulando las observaciones y recomendaciones que ameriten, según mi conocimiento y experiencia en Seguridad; posteriormente,  me preocupo por conocer su asociación y estoy pendiente de todo lo que signifique apoyar su educación:…”En esa juventud, que hoy balbucea / del saber los primeros rendimientos, / se esconde acaso la futura idea, / que ha de mover del mundo los cimientos”.

Hoy, al finalizar el año escolar, siento que el tiempo dedicado a mi hijo en esta su primera experiencia de vida ha sido oportuna e invalorable, y el cansancio no me hace mella y de hecho desaparece cuando veo que su rostro de niño se ilumina al abrir una revista o un  diario y descubro que puede entender lo que dice. Ahí mi complacencia adquiere picos muy altos, y me enorgullezco, porque entiendo que mi pequeño hijo ya sabe leer.

Dayner recibiendo diploma y felicitación
de su prof. Teresa Arce de Díaz
Ante este hermoso amanecer, feliz realidad, alzo los ojos al cielo para agradecerle a nuestro Creador por esta bendición, las nubes oscuras de nuestro ser primitivo, en el caso de mi hijo, han comenzado a huir ante el despuntar de la luz del conocimiento; una profunda y sincera gratitud me embarga, haciendo fluir desde mi corazón una oración queda a Dios, por haber permitido que mi hijo culmine con éxito su Jardín. Quiero, en nombre de ese pequeño ser que pasó por sus aulas, mi hijo Dayner Aldair, agradecer infinitamente a esas mujeres extraordinarias dotadas de valor, de conocimiento y condiciones para llegar al alma de los niños y con paciencia y cariño retirar ese velo de ignorancia con que todos los seres humanos nacemos.

Finalmente, en las personas de las profesoras, Teresa Arce de Díaz y Asunción Carbajal Valverde, del Jardín de Niños “Ruso”, nuestro homenaje y reconocimiento a la labor anónima y heroica que realizan todas las educadoras y educadores de Pronoeis y jardines del país. Dios los colme de bendiciones:.."Adiós Jardín Ruso, con el alma henchida / de gratitud la caravana parte, / nuestro blanco escuadrón hará en la vida / más de un alto, tal vez para adorarte”.

Crédito: Los fragmentos en letra cursiva, pertenecen al poema "Un blanco escuadrón", aprendido en nuestros lejanos días como estudiantes de Primaria en la "Gloriosa 329", cuyo autor ignoramos por lo que no lo consignamos. 

Chimbote, 22 de diciembre de 2003
Publicado Diario “Las Últimas Noticias”, Chimbote, (24.12.03) pág.10.
Revisada para el blogger (JAPÓN 29-20110909) Tochigi Ken

2 comentarios:

  1. Daynercito, gracias por tu comentario, lacónico, pero creo expresa todo lo que esperamos de nuestros hijos, que nunca olviden el amor con que seguimos su evolución de niños camino a la juventud; donde debes ir mostrando de qué estas hecho. Un abrazo. Papá Hugo (240712)

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