jueves, 8 de septiembre de 2011

El loco de la papaya (Drama) - Bitácora 13

El loco de la papaya

Escribe: Hugo Tafur
       (peruano)
Ha pasado varios meses desde que Ena Esquivel me lo relatara, y me preguntaba, si podría escribir sobre su experiencia sin traicionar su confianza o echar a perder su primicia... concluí, que el tema a pesar de su vivencia personal no era un secreto en cuanto al sujeto que la motivó, pues la condición de este era de dominio público; ahora, es entendible y de hecho diferente, la reacción moral o espiritual de quiénes contemplan la situación de este ser humano afectado por una alteración cognitiva. En el caso específico de mi amiga, el recuerdo de tal vivencia, quedó grabada en el lienzo de su alma, de donde ella gustaría retirarlo con el bisturí de inspirados pinceles, en una pintura que plasme su impresión de lo que vio y los sentimientos que le embargaron al ver a este ser en medio del basural comiendo con fruición una papaya que alguien arrojó. Ella desea plasmar su visión con colores, yo pretendo plasmar su visión con palabras.  

Solo había sido un vistazo, me refirió, pero fue tal la impresión que le causó el fortuito avistamiento que hasta ahora después de varios meses, lo recuerda con una claridad que la estremece; su humana percepción de mujer y de madre, había fotografiado en un instante y para siempre, el dramático cuadro que vio aquella mañana camino al trabajo. Los pinceles sensibles de su espíritu, habían impreso en el lienzo de su alma a ese loquito greñudo de vestimenta raída que mordía con ansiedad una papaya amarilla recogida en el basural en que se encontraba. Ese boceto lo tenía grabado en su ser. Cuantas veces lo he pensado me dijo: “Me gustaría plasmar ese cuadro que llevo en el alma en una pintura que refleje todo el drama de abandono e inconciencia que viven los seres humanos que han perdido la razón”…”¡Sí, pintar en un cuadro al desdichado ser humano que ante mi vista hizo saltar por los aires la cuerdas más sensibles de mi humanidad…¡Pero que va!..Nunca podré cumplir este deseo…no se pintar…jamás podré plasmar esa visión que llevo a cuestas desde entonces”.

Quizá, solo por decir algo y tamizar su frustración, porque era evidente su imposibilidad, le dije: No puedes frustrarte sin haberlo intentado. Ese “loquito” de la papaya, posesionado en un basural ubicado en la avenida Antúnez de Mayolo, casi en la puerta principal de ingreso a la Empresa Siderúrgica del Perú – Siderperú, sería un marco excelente de tu obra; o también, la bahía de Chimbote con sus lanchas y botes o el Cerro de la Juventud…hizo silencio, estaba claro que no logré convencerlo. El cuadro pintado en su alma de mujer, seguiría inédito…cuantas impresiones sublimes captadas o inspiradas se quedan así, sin hacerse reales y ver la luz. Poco después nos despedimos y colgué el teléfono…yo me quede cavilando.

¿Serán los dementes abandonados los que nos presentan los cuadros más dramáticos? Sin programas asistenciales para tratarlos a tiempo y quizá frenar su deterioro cognitivo, son abandonados a su suerte por sus familiares y comienzan a deambular por la calles, a veces pasivos y otras esquizofrénicos y violentos.  El problema a partir de ahí, implica no solo un problema moral sino ético, es un ser humano cuya razón esta perdida en los vericuetos de su ser y cuya actuación inconsciente, es vista, por quienes nos creemos libres de alteraciones cognitivas con despreocupación e indolencia y en casos censurables como el hazmerreír. El caso más emblemático en nuestro puerto, fue el de Ciriaco Moncada, conocido como el “Loco Moncada”, quién expresaba su estado mental de una manera peculiar, cambiando su vestimenta, a veces de pescador “tirando aguja” en una esquina céntrica, fabricando bolsas o hamacas de red; también fungiendo de político, vestido “elegantemente” con terno negro, chaleco y sombrero, del mismo color; o representando la “via crucis” del Señor Jesús, con una cruz de madera a cuestas; en todos los casos, lanzaba peroratas que hacían dudar de su insania, pues conllevaban mucha sabiduría y puntería contra las autoridades y políticos de turno.

En todos los tiempos, siempre me resultó curioso que a los escritores y poetas nos endilguen el "sambenito" de locos; posiblemente, al hacer ejercicio de nuestro oficio dejamos entrever que lo somos, ya que a pesar de las vicisitudes cumplimos nuestra vocación con alegría, diciendo y escribiendo con convicción, constituidos en esclavos voluntarios de nuestra pasión de escribir. Erasmo de Rótterdam, en su obra “Elogio de la Locura”, hizo de la locura un personaje, que al darle voz, ejerce una sátira moral contra el conocimiento y el saber incorrecto de su tiempo, critica al hombre por su pasividad e incapacidad de ver la mentira y la maldad;  así como Ciriaco Moncada, alabó en algún momento su estado mental, pues alguna vez expresó con felicidad y orgullo de loco: “¡Soy loco porque tengo la mente clara en un mundo de trastornados!" Quizá, quiso afirmar en su filosofía, que los cuerdos en su estupidez y ceguera, hacen cosas peores que las que haría un loco loco.

Japón-Tochigi Ken; Ashikaga Shi (08.02.2011) Hora 21:40
Revisada para el blogger (JAPÓN 28-20110908) Tochigie Ken

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