martes, 2 de octubre de 2012

EL FESTIVAL DEL PENE - Bitácora 13





El Hounen Matsuri (Foto internet)
 Japón: El Hounen Matsuri
El Festival del Pene

Escribe: Hugo Tafur
         (peruano)
Japón es un bello país que cautiva, sobre todo, cuando uno se sumerge en  la bruma del tiempo y ausculta su pasado plasmado en una historia maravillosa, relatos de hechos que se suceden como leyendas y leyendas que se suceden como historia.  La unidad y fuerza  del pueblo japonés tiene su base en el “giri”, que es un código moral no escrito que se aprende desde niños y es observado con mucho celo en su interrelación personal: el honor, la obligación y el deber, rige todos los aspectos de su vida, para hacerse digno de respeto y consideración, constituyéndose así, en ciudadanos de singular personalidad y como consecuencia, en la estructura de la unidad y el espíritu que caracteriza a la nación. No soy experto en economía política y en esa materia, poco tendría que decir respecto a cómo se gestó la revolución industrial de Japón; lo que si tengo claro, es que Japón a fines del s.XIX fue el único país asiático capaz de poner en marcha su desarrollo económico e impulsar su proceso de industrialización, gracias a la organización de su población en los diferentes campos de la producción y al fuerte sentimiento de orgullo e identidad nacional.
Participación de la mujer en Festival del Pene (Foto
internet) 
Sin embargo, todos los pasos dados en este sentido, tienen a mi modo de ver un común denominador, se avanza, se construye y se moderniza, respetando su rica historia milenaria, su geografía y su religión, pasado relevante muchas veces glorioso, que es precisamente el que genera ese sentimiento que cohesiona a la nación, y que en buena cuenta, constituyó el terreno fértil para efectuar los cambios profundos que necesitaba Japón, para empujar el carro en dirección de su industrialización; es en este marco, que muchas de sus tradiciones permanecen vigentes, algunas ya han sido declaradas oficialmente de carácter nacional y otras, originadas en algún pueblo o región se mantienen vivas y se celebran con mucha algarabía y convicción.

Una tradición de más de 400 años (Foto internet)
Posiblemente al leer el título de esta crónica, usted, persona abierta al conocimiento cultural sabe a que me refiero o si todavía no lo conocía, ha experimentado curiosidad por saber de que se trata; pues bien, entre las muchas manifestaciones tradicionales de Japón, hay una que rinde homenaje y culto al órgano sexual masculino denominado “El Hounen Matsuri”, traducido  castizamente “El Festival del Pene”. Es una fiesta que tiene más de 400 años de tradición y que nada tiene que ver con lo inmoral. En este festival, participan hasta los niños llevados por sus padres, que desinhibidos y libres de dogmas alienantes, tratan abiertamente y con naturalidad la función del pene en la relación de pareja, al generar vida y felicidad familiar; en cambio, fue en tiempos no muy lejanos que en nuestra sociedad occidental el tema era tratado con vergüenza y con carácter privado, censurado sólo para adultos; por lo qué como una postura de protesta y libertad, alguien lúcido y deshibido, sacudió el árbol de la cucufatería y formuló en su obra de educación familiar, aquella interrogante reflexiva y contestataria: “No nos podemos avergonzar de hablar, de lo que Dios no se avergonzó en crear”. En el mundo de hoy, no hay nada que no tenga día de celebración, cada una más sorprendente que la otra, comentar estas tradiciones y costumbres de otros pueblos, resultan en ampliar nuestra base cultural, sacudirnos de antiguos lastres y como no, manejar opinión con mayor autoridad… digo. 


Una festividad de origen sintoista (Foto internet)
El “Hounen Matsuri”, el “Festival del Pene”, que se celebra los 15 de marzo de cada año, es una festividad de origen shintoista que celebra la fertilidad y que deviene desde los años 1600; aunque existen algunas leyendas que explican la consagración del pene, pero en todos los casos, con mucha seriedad está orientado a celebrar la fertilidad como tema central,  venerando al pene como medio de la renovación de la vida, protección del matrimonio y de la felicidad conyugal. El "Festival del Pene", todavía no es una festividad oficial, por lo que su celebración se realiza sólo en algunas ciudades al interior del país, donde evidentemente su popularidad ha trascendido fronteras internacionalizándose. Por ejemplo, la Comisión Organizadora del Festival del Pene en Kanamara-Kawasaki, cuya fecha de celebración de la festividad fue trasladada para el primer domingo de abril, estima que en este año 2010, la ciudad ha tenido una afluencia que bordea las cien mil personas, sumados turistas del país como extranjeros de diferentes países.  


Panes en forma de penes (Foto internet)
En la ciudad de Komaki, muy cerca a Nagoya, la festividad tiene agregados muy curiosos, un pene tallado en madera ciprés de dos metros y medio de largo y con 280 kg. de peso, se guarda en el templo de "Tagata Shinto", en el día de la festividad es suspendido a un palanquín, especie de anda, y es trasladado desde la "Tajta Jinja Shrine", la pagoda masculina, a la pagoda femenina, "Tamahimeno-mikyo Shrine", por hombres que tienen alrededor de 42 años, y réplicas más pequeñas, con menos peso, son cargadas por mujeres de 36 años, porque según los japoneses, son las edades críticas del hombre y la mujer, tanto en el aspecto sexual como personal, siendo su participación una manera de lograr buena suerte y superar cualquier impasse que se les presente. Se dice, que generalmente, los hombres oran pidiendo la vigencia de su virilidad y las mujeres, solicitan ser fecundas; precisamente, muchas de las mujeres ahí presentes en el "Hounen Matsuri", están para agradecer la bendición de su bebé. 

Al final de la fiesta mochis de arroz
color blanco y rosas son arrojados
a la multitud (Foto internet)
Durante la festividad, se sacan en procesión muchos falos gigantes por las calles de la ciudad, todos acompañados de una multitud de lugareños y turistas que expresan su algarabía desbordante rindiéndole homenaje al pene, al son de bombos y tambores. Para dicha fiesta, se producen y expenden alimentos alusivos a la celebración, helados, salchichas, panes, dulces, camisetas, suvenires, mascaras e incluso sorbetes para refrescos tienen la forma de un pene; igualmente, se bebe "sake y cerveza, en vasos y tazones que exponen el diseño de un falo, El “Festival del Pene” es una fiesta verdadera, cuya recaudación final es para la ciudad organizadora, un gran aporte económico que contribuye a sus programas sociales, estructurales, culturales, etc.. La fiesta en homenaje al pene, tiene un final de algarabía, al finalizar el día, miles de bolas de “mochi” color rosa y blanco, son lanzadas a la multitud que en inusitada confusión las tratan de atrapar en el aire. 


Japón-Ashikaga shi , 29 de diciembre de 2010
Archivo BITACORA 13 (20101229) Japón
Revisado para el blogger (JAPÓN 60-20101002) Tochigi Ken      

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