martes, 13 de marzo de 2012

Sakura, síntesis de la vida y el honor - Bitácora 13


Sakura...bienvenido con tu belleza
 Síntesis de la vida y el honor
Sakura, la flor del cerezo

Escribe: Hugo Tafur
       (peruano) 
Resulta alucinante pasear por una avenida de cerezos en eclosión, la multivisión espectacular de la flor de “Sakura”(1), rápidamente dibuja en la mente figuras abstractas e inverosímiles, semejan cirrocúmulos tejidos por blancos vellones… En la multitud abigarrada que va y viene como marejadas, sólo se descubre rostros de admiración y satisfacción; son hombres, mujeres y niños japoneses, que expresan con su presencia el orgullo de su tradición y la alegría de cumplir con el ritual de bienvenida a la flor más simbólica de su país. La magnificencia de estos árboles milenarios en floración me llena de alborozo, porque con su esplendor despiertan mi alma, al ver modificado el paisaje urbano de la ciudad hasta hace unos días gris y triste...Que belleza, como me gustaría compartir esta visión fastuosa, con los míos.

Mili... se arrulla y se enternece con la
flor milenaria
Aquí en Japón, este fenómeno ocurre desde tiempos inmemoriales, con la llegada de la estación de las flores. La comparsa primaveral con todo su esplendor, aromas y perfumes, llega puntualmente a fines de marzo o principio de abril; pareciera, que una multitud de regios “karasus”(2), impelidos por los cálidos vientos del este, halaran majestuosos la estación de la alegría. Con su llegada, se produce una rápida transición del clima, el severo invierno se marcha y queda un ambiente benigno y agradable, que motiva a la vegetación dormida a mostrar toda su gama de colores que inunda el  país. El astro rey, cómplice eterno de la naturaleza, extasiado besa con la ternura de sus tibios rayos los botones de los cerezos,  que a su contacto se abren virginales ofreciendo con candoroso embeleso su belleza que ilumina el paisaje.

En mi ciudad, cientos de árboles se divisan por avenidas, parques, jardines y colinas; millones y millones de flores sakura que activan con su llegada, la pasión y tradición latente en el corazón  del pueblo; mi abstracción se sobrecoge ante tanta hermosura, tratando de captarlo todo... contemplo como las flores se mecen cadenciosas al compás del viento, como si este le susurrara antiguas melodías… Ver los pétalos abiertos de la flor del sakura, me sugieren  blancas mariposas que embriagan con su aroma el ambiente, y que de súbito se desprenden, para coronar la frente  de privilegiados mortales que al azar elegidos, estiman dicha exención, sinónimo de buena fortuna. Desde mi perspectiva, observo la alegría del pueblo japonés, departiendo bajo los cerezos con esa peculiaridad que ellos tienen para significar sus tradiciones, teniendo como motivación, la llegada del “Hanami”(3).

Carmencita Kuwai y Elmer su hijo, felices en 
la estación de las flores  (Ohira) 
La flor del cerezo, sakura, si bien no es la flor emblemática de Japón, es noble y simbólica por su abolengo; los valerosos samuráis la eligieron como su emblema y así consta en  el “Bushido”(4). Para ellos, la flor del cerezo tenía el significado de la vida, anhelaban morir como ella, en el momento de su máximo esplendor, cargados de gloria en la batalla…detestaban la idea de morir por vejez, decrépitos y arrugados; la flor del sakura, aparte de su belleza y perfume, tiene la particularidad de su delicadeza, al ser empujada por el viento, cae del árbol antes de marchitarse.

Otro detalle que encierra una leyenda, son una variedad menor de cerezos, cuyas flores son de color rosado; cuenta la tradición, que la familia, al despedir al “Samurái”(5) cuando iba a la guerra, sembraba un cerezo en su honor,  y  cuyas blancas flores fueron tornándose rosadas a medida que el árbol fue regado con la sangre de estos o de familiares que caían en deshonra durante su ausencia; muchas veces, cuando el  Samurái volvía, tuvo que ejecutarse  el “Seppuku”(6); ritual, que devolvía la honra a quiénes la hubieran perdido durante su ausencia, o el mismo la hubiera perdido en la batalla. Dicho ritual, se realizaba frente al cerezo, que al ser regado con sangre motivó el cambio del color de sus flores. 


La llegada del Hanami, hace explotar la alegría
de vivir en Mary, Berita y ...
La flor del cerezo, sakura, es una flor de estirpe,  que ha acumulado durante siglos mucha historia; y que hoy, forma parte de la más acendrada devoción del pueblo japonés, que fieles a su tradición, esperan con mucha expectativa el  Hanami, ocasión especial en que las familias,  grupos de amigos o empresas, invaden con anticipación los parques o veras donde haya un cerezo florecido, para celebrar bajo su sombra una reunión, a la cual, muchas jovencitas japonesas asisten con llamativas “Yukatas”(7) de variados y alegres colores, algunas lucen estampados con la flor del cerezo. En dicho evento,  se come, se brinda, se admira y se fotografía la flor sakura en su máximo esplendor. Confieso, que desde que vine a Japón, el milagro del Hanami, que es un despertar a la vida, me subyuga; cientos de pajaritos trinan y juegan en las ramas de los cerezos en flor, mientras a su sombra, el pueblo japonés, expresa con un fraterno “Kanpai”(8) el amor a su tierra y el orgullo a su raza y tradición…Dios, bendiga a Japón, País del Sol Naciente.
                                                        
(1) Nombre en japonés de la flor del Cerezo.
(2) Ave. Nombre del Cuervo en japonés.
(3) Tiempo en que florecen los cerezos.
(4) Código del Samurái.
(5) Guerrero del antiguo Japón.
(6) Suicidio ritual, para evitar la deshonra.
(7) Vestimenta típica del Japón, hecha de algodón.
(8) ¡Salud! (al hacer un brindis).

CLICK link: http://www.youtube.com/watch?v=GQ0IWHooCnU

Japón, Ashikaga shi, 03 de abril de 2010
Archivo BITACORA 13 (20100403) Japón
Revisado para el blogger (JAPÓN 41-20120313) Tochig Ken

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