miércoles, 16 de octubre de 2013

MANUEL RÍOS, un periodista de nota - Bitácora 13

Manuel Ríos Mantilla, un periodista de nota
Los flechazos del combatiente
Escribe: Hugo Tafur
(Peruano)

Su aljaba y sus flechas los trae en el alma, innatas… nacidas con él,  periodista combativo desde el antro materno… pero estoy convencido, que sus flechas fueron retocadas en la factoría política del Partido Aprista Peruano y afiladas en la piedra doctrinaria de su líder, Víctor Raúl Haya de la Torre; luz inspiradora de la juventud, que iluminó con su presencia y filosofía política casi todo el siglo veinte de nuestra patria; figura señera, al que miles y miles de peruanos siguieron y recuerdan con unción y respeto filial; multitud delirante, con hambre de saber y justicia social, que cantaban con convicción aquella canción escrita por Arturo Sabroso, con la música de la marsellesa francesa compuesta por el capitán francés, Rouget de Lisle : “Contra el pasado vergonzante / nueva doctrina insurge ya; / es ideal, realidad liberante / que ha fundido en crisol la verdad. / Tatuaremos con sangre en la Historia / nuestra huella pujante y triunfal / que dará a los que luchen mañana / digno ejemplo de acción contra el mal.”…en medio de esa muchedumbre, un adolescente, pañuelo blanco en el aire vibraba al unísono cantando el himno aprista junto a la masa fervorizada, ese muchacho era Manuel Ríos Mantilla.
   
Manuel, deviene de un hogar modesto, afirmado en la  sabia del amor y la disciplina; sus amados padres, don Saúl Ríos y María Mantilla, supieron trasmitir a sus hermanos y a él, el mensaje sencillo, de la superación personal mediante el estudio y el trabajo honrado, rechazando cualquier tentación de llegar a la meta con argucias, acortando camino o tomando atajos deshonestos que tarde o temprano cobran su precio de manera dolorosa. Formado así, no le fue difícil escuchar y entender el mensaje de fe y esperanza que pregonaba Haya de la Torre, convocando a la juventud de su patria, llamado que implicaba ¡sígueme!.. Y como Mateo, en el relato bíblico a la invitación del Mesías, Manuel, comenzó a seguir y escuchar a su nuevo maestro, constituyéndose desde ese momento, en “Japista” aplicado; allí se nutrió de la doctrina y las clases magistrales que impartía su mentor, reflexionando, culturizando y enalteciendo el espíritu de los jóvenes, preparándolos así para asumir responsabilidades. Consecuente, con ese aprendizaje, siendo estudiante de Educación Secundaria, en el colegio nacional “San Pedro”, Manuel, llevó a la práctica la recomendación de su maestro: …“el que sabe, que enseñe; y el que no sabe, que aprenda”, junto a sus condiscípulos, fundó en abril de 1961, el club cultural, social y deportivo, “Inca Garcilaso de la Vega”, institución que se constituyó, en crisol social y centro de inquietud cultural de la juventud chimbotana.

Poco más tarde, con el desenfado y la dinámica de su juventud, Manuel, multiplicó sus actividades culturales, comenzando a transitar por el camino escabroso del periodismo libre y sin ataduras, mientras simultáneo estudiaba en la Pontificia Universidad Católica del Perú, para optar el grado de profesor de Educación Secundaria;  su asociación con experimentados periodistas de nuestro puerto, terminaron por configurarle una poderosa personalidad de periodista aguerrido. Pronto, muy pronto, los personajes inmorales y corruptos de nuestro puerto, sentirían los punzantes y certeros flechazos (comentarios) de este joven periodista chimbotano. Su columna, en el diario Últimas Noticias, “Trapitos al Sol”,  (1968-69), sacudió despiadadamente la corrupción y cuestionó con firmeza la burocracia enquistada, llamando por su nombre a los que afincados en puestos claves, habían convertido su entorno en sus “cotos de caza”, donde campeaba la deshonestidad a plena luz del día.

La población chimbotana debe recordar, el caso del juez Valderrama, quién libre de la idoneidad para ser el titular, permanecía indispensable en ese puesto por más de quince años, rodeado de una atmósfera de arbitrariedad y prepotencia, con signos de corrupción; lo que era motivo, de cuestionamientos severos en todos los estamentos sociales del puerto. Señalar este hecho anómalo con contundencia, hizo aflorar las iras y el espíritu abusivo del magistrado, que evidentemente estaba convencido que Chimbote era su coto de caza y “que la ley, era él”, ya que sin ofrecer ningún descargo y salteándose sobre las normas de un debido proceso, hizo detener y encarcelar a los periodistas objetores: Manuel Ríos Mantilla, Eduardo Contti, Eduardo Arias Olivera, Harold Aldea y Cusma Chávez; sin embargo, este hecho, no pasó inadvertido para el nuevo Gobierno de la Fuerza Armada, quién de inmediato, lo destituyó… el joven periodista, comenzaba a pagar el precio, de luchar por la verdad y la justicia… ¿lo enervaría?

La ingrata experiencia vivida pudo haber debilitado su ímpetu, pero gracias a Dios, no fue así, el espíritu combativo de Manuel Ríos Mantilla, paso la prueba y salió fortalecido, otras jornadas de lucha a favor de nuestro puerto y los chimbotanos, esperaban al novel periodista… su presencia y opinión, lo amplió a la prensa escrita y la radio. Pronto, su columna en primera persona: “Yo acuso”, en el diario “Últimas Noticias”, haría saltar por los aires parapetos, cercas, vallas, trincheras anónimas, que cubrían con un manto de honestidad, la corrupción de personajes que medraban en la sombra. Pronto, el anuncio de su programa radial, sería un grito de guerra: “¡Yo, Soy el Pueblo!”, emitido por las ondas de Radio “Interamericana”, era un arco tensado, flecha en ristre, dispuesta a surcar los aires denunciando la indignidad, la deshonestidad, la depravación, la corrupción y la sinvergonzonería, donde se encuentre, donde se esconda… ya que haciendo suya la frase, de José Gervasio de Artigas: “Con la verdad, no ofendo ni temo”, sonoramente, expresaba Manuel, su convicción de justicia sólo con la verdad. Ambos medios periodísticos, se mantuvieron vigentes por muchos años, lo que motivó su popularidad y preferencia.

Manuel Ríos Mantilla, como periodista, jamás permitió que su vocación de vida se anquilosara o ingresara en la quietud que el tiempo empolva, siempre evolucionó y se mantuvo en la vanguardia de las nuevas posibilidades de comunicación. De la radio y la prensa escrita, salto a la TV, y es así, que en el año… , lo vimos por la señal de TNP, canal 13, junto a un numeroso plantel de jóvenes periodistas chimbotanos,  haciendo el primer programa televisivo que tuvo Chimbote, “Visión 13”; tiempo después, Global canal 11, supo de su incansable trajinar… Manuel Ríos Mantilla, es dueño de un dilatado historial de triunfos periodísticos y ataques a mansalva por decir la verdad. Triunfos que lo han catapultado como un periodista de nota, respetado y respetable, muchos chimbotanos de hoy, tienen grabado en sus recuerdos de niños el grito de guerra que abría su programa: “¡Yo, soy el pueblo!...Con la verdad, no ofendo ni temo!”; grito, que ponía en vilo a quiénes delinquían, sabedores que los flechazos certeros del combatiente, pondrían al descubierto sus quehaceres inmorales.

No puedo terminar esta nota, sin antes dedicar unas líneas a la amada familia de este arquero de la verdad y la justicia; fueron sus padres, don Saúl Ríos y María Mantilla, los que formaron su corazón de hombre de bien, pero fue el amor y apoyo incondicional de Esther Villafana, su amada “Techi”, la que dio a su vida el sustento moral y espiritual que toda inspiración requiere, para transformar su corazón, en un corazón de león, listo para combatir contra el egoísmo y la maldad que impera… Gracias a Dios, todavía tenemos combatiente para rato… ¡Salud, combatiente… que los dioses te sean propicios y tus flechas certeras!

Tochigi Ken; Ashikagashi, 14 de Septiembre 2012
Archivo BITÁCORA 13 (20120914) Japón
Revisado para el Bogger (93-20130923) Japón           

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