¡Ánimo!.. No te des por vencido
Escribe: Hugo Tafur
(peruano)
Como se me había comunicado, hace hora y media que acabo de pasar a formar parte de la legión de “jubilados” desocupados, hombres que han superado el límite de los sesenta o sesenta cinco años y que el Capitalismo considera que ya no tienen energías para seguir exprimiéndolos. Edad máxima, que la ley laboral de Japón establece como tope para poner fin a la vida laboral de un trabajador, así se encuentre física y mentalmente capacitado para seguir; sin embargo, aclaremos, la Ley Laboral de Japón no obliga al retiro, son la empresas las que estipulan en su reglamento interno, según su conveniencia, la edad del retiro, el mismo que puede oscilar entre los 60 y 65 años… Si hubiera desarrollado mi vida laboral en Japón, hoy estaría siendo jubilado con una compensación ventajosa respecto a mi país y tendría asegurada una vejez sin sobresaltos… me refiero a la posibilidad de percibir una remuneración digna para llevar una vida decorosa, que en mi caso, sería un respaldo para ejercer mi vocación de vida, labor intelectual, de la cual sólo Dios me puede jubilar.
(peruano)
Como se me había comunicado, hace hora y media que acabo de pasar a formar parte de la legión de “jubilados” desocupados, hombres que han superado el límite de los sesenta o sesenta cinco años y que el Capitalismo considera que ya no tienen energías para seguir exprimiéndolos. Edad máxima, que la ley laboral de Japón establece como tope para poner fin a la vida laboral de un trabajador, así se encuentre física y mentalmente capacitado para seguir; sin embargo, aclaremos, la Ley Laboral de Japón no obliga al retiro, son la empresas las que estipulan en su reglamento interno, según su conveniencia, la edad del retiro, el mismo que puede oscilar entre los 60 y 65 años… Si hubiera desarrollado mi vida laboral en Japón, hoy estaría siendo jubilado con una compensación ventajosa respecto a mi país y tendría asegurada una vejez sin sobresaltos… me refiero a la posibilidad de percibir una remuneración digna para llevar una vida decorosa, que en mi caso, sería un respaldo para ejercer mi vocación de vida, labor intelectual, de la cual sólo Dios me puede jubilar.
Trabajando de noche, vistiendo todos los implementos de seguridad en la línea de TV |
En la línea de TV, cortando los bandos de las pantallas (Karec-Hitachi) |
Otros hechos que hoy recuerdo, me dieron muchas satisfacciones en mi paso por Karec-Hitachi, por ejemplo: Haber fundado y dirigido la revista “Amigo”, con tiraje de hasta 2500 ejemplares a nivel de Hitachi-Ohira, y desde sus páginas concientizar sobre Seguridad, promover la fraternidad entre ciudadanos de distinta nacionalidad, el deporte como vínculo de amistad, convocar y hacer obra social, a favor de hermanos peruanos con graves problemas de salud; dirigir el boletín “Ganbatte”, solo para el personal de Karec; haber sido expositor en tres oportunidades sobre temas de seguridad en la gran sala de reuniones de la empresa; haber ganado tres años, el diploma y el premio en efectivo que otorga Karec a sus trabajadores que destacan como los mejores; haber sido, cuatro años nombrado como segundo responsable de la zona de bando, línea de televisión. Habría muchos hechos más que mencionar, que me permitieron ganarme la confianza y amistad de hombres y mujeres de toda raza y nacionalidad, como cuando decidí por lealtad a pocas horas del terremoto del 11 de marzo de 2010, unir mi destino al pueblo japonés quedándome y no marchándome como cientos lo hicieron, debido a la posibilidad de contaminación radiactiva que se cernía por el problema de la Planta Nuclear de Fukushima.
Tadenuma san, Gerente de Karec - Hitachi, me hace entrega del diploma como mejor trabajador 2008 |
Embargado por sentimientos encontrados de la despedida de Karec, he bebido mi trago de tristeza hasta el último minuto, pocos amigos están enterados de mi retiro y los que sabían les pedí que se abstuvieran de manifestaciones de despedida; sin embargo, no pude evitar que algunos jefes de la planta me abordaran para despedirse -la más sentida- así lo percibí, fue la de Onuki san, me estrechó la mano agradeciéndome por mí trabajo y con una mano sobre mí hombro me manifestó: “Hugo san… ¡Ganbatte kudasai! (¡Ánimo!.. No te des por vencido) palabras con que rotulo esta nota, que escribo hoy, como recuerdo del último día que pise mi lugar de trabajo. El timbre de salida me sacó de mis cavilaciones, retiré el fotocheck de mi pecho que autorizaba mi ingreso al complejo, y paso a paso me dirigí a la oficina a devolverlo… apenas me vio "Estrellita", mi gran amiga japonesa, salió a mi encuentro y se conmovió mucho cuando le hice entrega del documento, sus ojos se llenaron de lágrimas, es que habíamos cultivado una gran amistad, me abrazó y quedamente me dijo: “Hugo chan… un ga ii” (Hugo… buena suerte) se lo agradecí y la besé en la mejilla como despedida… Quizá la hora del retorno ha llegado, mis hijos y mis nietos en Perú, recibirán la noticia con un grito de júbilo… Hace tiempo que me lo vienen pidiendo, con la excusa de que mis nietos necesitan de mi enseñanza...
Un puñado de tierra del jardín de Karec-Hitachi me llevó como recuerdo, para cuando alguna tarde en la tranquilidad de mi hogar recuerde a Japón, la pondré en la palma de mi mano con unción y recordaré con cariño mi paso por la empresa Hitachi-Ohira de este bello "País del Sol Naciente", que me extendió su mano amiga, dándome la oportunidad, de probarme una vez en el atardecer de mi vida como un "Hombre hasta el fin", con trabajo duro y sacrificado... pero que me llenó de satisfacción y orgullo, al poder seguir compartiendo con los míos el pan de la honradez y la dignidad... Dios, bendiga a Japón.
Un puñado de tierra del jardín de Karec-Hitachi me llevó como recuerdo, para cuando alguna tarde en la tranquilidad de mi hogar recuerde a Japón, la pondré en la palma de mi mano con unción y recordaré con cariño mi paso por la empresa Hitachi-Ohira de este bello "País del Sol Naciente", que me extendió su mano amiga, dándome la oportunidad, de probarme una vez en el atardecer de mi vida como un "Hombre hasta el fin", con trabajo duro y sacrificado... pero que me llenó de satisfacción y orgullo, al poder seguir compartiendo con los míos el pan de la honradez y la dignidad... Dios, bendiga a Japón.
Japón, Ashikaga shi, 30 de noviembre 2011
Archivo BITACORA 13 (20111130) Ashikaga Shi
Revisada para el blogger (JAPÓN 80-20130303) Tochigi Ken
Archivo BITACORA 13 (20111130) Ashikaga Shi
Revisada para el blogger (JAPÓN 80-20130303) Tochigi Ken
Siempre he admirado tu anhelo por hacerlas cosa bien y en tu trabajo lo has demostrado por eso muchos te admiran. Y nosotros esperamos tu retorno muy pronto, te quiero mucho papi.
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