Trabajo voluntario
Escribe: Hugo Tafur
(peruano)
En Japón existe una motivación civil muy arraigada, costumbre que implica trabajo voluntario a favor de la comunidad, de la ciudad, o del medio ambiente. Es un servicio social altruista de personal decisión, por el cual no se cobra. Su ejecución se efectúa de una manera formal e informal; lo primero, mediante estar inscrito a organizaciones no lucrativas o a las municipalidades del lugar, que cuentan con programas definidos como necesarios; lo informal, se da o se ejecuta en cualquier momento a invitación o sugerencia del “Hancho” de un edificio o del barrio donde uno domicilia, también puede ser a iniciativa del algún vecino. Por ejemplo, ahora nos encontramos viviendo la estación de otoño, época de fuertes vientos y desprendimiento de hojas de los miles de árboles que circundan calles, parques y colinas de la ciudad, y es natural, que con los fuertes vientos de esta época, estas hojas sean arrastradas por algunas arterias de la ciudad, es en estos casos cuando se da la iniciativa del trabajo voluntario de los vecinos, barriendo y amontonando las hojas en un solo lugar, otros se encargan de envasarlas en bolsas plásticas, que son colocadas en los lugares señalados para el recojo de la basura, de donde son retiradas por el equipo de los carros compactadores de la ciudad.
Integrantes de un equipo de beisbol de Ashikaga shi, juntan hojas en pista de tartán alrededor del estadio |
Voluntarios adultos en Japón (Foto internet) |
Campañas de trabajo voluntario, en pro del orden y limpieza de Chimbote que me quedan como recuerdo: Las que realizaban en su época los garcilasistas, barrían, baldeaban y pintaban las bancas de nuestra Plaza de Armas; las que organizaban los moradores del barrio “La Libertad”, en La Florida; las que efectuaban los moradores de la Urbanización “El Trapecio”; las que promovía el padre Santiago Jeffrey y los feligreses de su Parroquia “Santa Teresita”; las que desarrollaban los directores Alipio Arroyo Vega y Genaro Caballero Ángeles, con maestros y alumnos del C.N. “Inca Garcilaso de la Vega”; las que cumplían los directores Manuel Ríos Mantilla y Lister Toribio Guerra, en el entorno del Colegio Nacional “República Peruana” de la Urbanización “Laderas del Norte”; en el Distrito de Coishco, las campañas que organizaba el Dr. Manuel Aldabe Boy, como alcalde de la ciudad, junto a sus regidores, los empleados y obreros de la municipalidad, todas de gran contenido social, motivadoras, dignas de imitar; sin embargo, me voy a referir en el siguiente párrafo, a una campaña que para siempre quedó en mi retina y en mi mente, es que sé, que en ellos, en cualquier parte del mundo donde se reunan, es una práctica común antes y después de sus reuniones.
En todo el mundo el trabajo voluntario es muy importante (Foto internet) |
Tengo entendido, que en muchas ciudades de Japón, el trabajo voluntario es un quehacer muy apreciado, es ejecutado esporádicamente con mucho civismo y en lapsos de corta duración por hombres y mujeres de 30, 40 y jubilados, que prestan su concurso voluntario y gratuito en diferentes actividades de su ciudad, colaboran con el ayuntamiento, con la policía, con las escuelas, -con estas últimas- se les puede ver por las mañanas, vestidos con uniforme, en las horas punta, de mayor afluencia vehicular, diseminados por toda la ruta establecida para el desplazamiento de los alumnos por las calles de la ciudad, especialmente en los semáforos, donde colaboran con la policía franqueando el paso seguro de los niños. En ese menester voluntario, existe un buen número de personas, que prestan su concurso mediante organizaciones, como Caritas, La Cruz Roja, Amnistía Internacional, El Fondo Mundial para la Naturaleza, Greenpeace, Voluntarios por la Paz, etc., en cuyas organizaciones son preparados para realizar una serie de actividades y proyectos de educación ambiental, preservación histórica, mantenimiento arqueológico y parques, vida silvestre, agricultura ecológica, trabajo con niños, ancianos, discapacitados físicos o mentales, arte, etc..
Cómo anécdota, en el otoño pasado, la cantidad de hojas que se desprendieron de los árboles fue tan voluminosa, que muchas, juguetes de los fuertes vientos de la estación, fueron trasladadas al paso peatonal y de bicicletas que hay en el túnel cercano a mi domicilio y que yo atravieso diariamente para ir a mi trabajo, por lo que siendo sábado no laborable, pensé que nadie vendría a recogerlas, así que decidí ir sólo a juntar un poco la hojas para mejorar el tránsito peatonal y de bicicletas; poco después de iniciada mi tarea, comencé a sentir un reconocimiento imprevisto, los pilotos de los vehículos que pasaban por el lugar, se sobre paraban ligeramente y me saludaban con un sonoro “Domo arigató” (muchas gracias). Luego tuve otra razón de admiración, no se cómo se informaron en mi barrio que yo estaba sólo despejando el camino peatonal y se aparecieron una decena de vecinos para ayudarme en la tarea. Esto es Japón, país que después de la Segunda Guerra Mundial, precisó mucho trabajo voluntario para ponerse de pie, y donde el voluntariado es valorado y se es grato con quiénes asumen con respeto sus costumbres. Ciudadanos siempre dispuestos a colaborar con sus autoridades en la responsabilidad de mantener limpia y ordenada su ciudad… Me pregunto ¿Podremos imitarlos?
Japón, Ashikaga shi, sábado (04.12.2010) Hora 21:00
Archivo BITÁCORA 13 (2010.12.05) Japón
Revisada para el blogger (JAPÓN–66-20121119) Tochigi Ken
Revisada para el blogger (JAPÓN–66-20121119) Tochigi Ken
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