miércoles, 25 de enero de 2012

Prácticas que nos alejan de Dios (Opinión) - Bitácora 13

“La plata llama a la plata”

Escribe: Hugo Tafur
        (peruano)

En los hogares y en las escuelas desde que somos niños, se privilegia al trabajo como el único camino honrado para alcanzar objetivos y vivir con dignidad; fuera de esta premisa, es difícil entender, -salvo casos de ociosidad manifiesta-  que haya personas físicamente capacitadas que se pasan la vida quejándose y echándole la culpa de su desventuras a la “mala suerte”; muchas de estas personas, religiosas por añadidura, mantienen viva la esperanza de revertir esa situación, apelando “al poder” de brujos, chamanes, tarot, horóscopo, sortilegios, baños de florecimiento, etc., práctica tácitamente prohibida, por las normas y principios del Dios en quién dicen creer (Lev. 19:31; 20:6 – Gal. 6:19-21) y al cual soslayan, al depositar su fe y confianza en rituales de patrocinio maléfico.

Otra costumbre insólita, por lo irracional y primitiva en nuestra época, es el agorerismo basado en supersticiones y que al igual que en el primer caso, a quiénes creen en Dios, los pone en entredicho con su Palabra. Estas personas, víctimas de la manipulación,  construyen azarosas creencias que le hacen estimar la solución de sus problemas de una manera milagrosa, que pasa, por jugar a la lotería, caballos, bingo, tinka, etc., fantasiosa confianza, tan censurable como cuando el padre se gasta sus ingresos –que es de toda su familia- en juergas y borracheras. Es evidente, que su distorsión cognitiva, deviene de una reflexión desfigurada de los hechos, que plasman en su fuero interno, raciocinios superficiales e inmaduros a partir de una circunstancia casual que le hacen estimar un vaticinio de “buena suerte” en el cual hay que invertir, fantaseando en obtener fortuna sin trabajo y sin esfuerzo; al final, inversión perdida y nuevo motivo de desilusión, que termina por arrinconar a la persona en un mundo de insatisfacción  e infelicidad.

Precisamente en esta línea, de autosugestión y castillos en el aire, están las famosas “cadenas” enviadas por internet; las cuales, aunque parezca exagerado, logran persuadir y coaccionar a personas de cierto nivel cultural, que motivados quizá por las amenazas y anatemas que traen insertados estos mensajes en caso de borrarlos y no seguir reenviándolos, se toman el trabajo de plagar nuestros correos con decenas de estos mensajes chantajistas. El día de hoy, me llegó una docena, enviados por amigos de quiénes yo no podría sospechar que son susceptibles de creer esta farsa;  entre ellos  me llegó el mensaje que da título a la presente nota: “La plata, llama a la plata”, ilustrado por un sinnúmero de billetes americanos de distintas denominaciones, copiados ex profeso, para despertar la codicia y hacer soñar a los menos advertidos y despistados.

El mensaje mencionado, delata desde su formulación inicial incertidumbre, ni el autor del mamotreto cree en lo que presenta; leamos:“Según una teoría de la física cuántica –a lo mejor es cierto- que “dinero, llama dinero”, por eso les envío todo este dinero para ver que sucede”… “Espero que sea verdad… pero sobre todo de utilidad”; el mensajito chabacano de pésima concepción, finaliza con la consabida execración y maldición para quiénes no den curso al mensaje: “No borrar esta página, después de leerla enviarla antes a algún amigo”… “Para atraer dinero hacia ustedes, envíen esto a sus amigos y/o conocidos, entonces el dinero empezará a llegar, porque ustedes demostrarán que lo respetan y estiman. Si borran esto, después de haberlo visto, estarán pobres todo el año. Si lo envían por lo menos a dos amigos suyos, tendrán tres años exitosos y mucho dinero” ¡Qué convicción! Que manera de jugar con la fe y la necesidad. Pero vaya, allí no termina el asunto, pasa a dar una incoherente tabla cronológica de atención con dinero, la misma, que depende del número de amigos  a los cuales el receptor haya remitido el correo, haciéndolo soñar si es un despistado o atolondrado, con el “milagro” del dinero fácil.

Sobre la mencionada tabla de atención, elaborada por este pronosticador del milagro cuántico, dice: “Si envían el correo a: 1 amigo, el dinero llegará después de un año; si envían a 3, después de seis meses; si envían a 5, dentro de tres meses...; si envían a 20, después de tres horas... Nuestra sugerencia, es que no sueñen y borren el mensajito sin más ni más, o si quieren seguir con el juego, pídale a quién se lo envió, que el dinero se lo remita en efectivo, no copiado. Sobre las disparatadas prácticas que motivaron esta nota, ellas tienen su base, en la necesidad e ignorancia de las personas que siendo religiosas los torna infieles; habrá muchos que me dirán: “Hay de todo en la villa del Señor y si son felices así hay que dejarlos”; opinión respetable, pero cómplice y permisiva, que no mide consecuencias, pues tiende a mantener el oscurantismo y por añadidura, aleja a los creyentes de Dios; hace buen rato, de acuerdo a los tiempos en que nos toca vivir, esas prácticas inoperantes y peligrosas deberían estar tiradas en el basurero del pasado. Hoy más que nunca, cuando el mundo se debate en la incertidumbre y su existencia esta amenazada, por una cuestión de lealtad con nuestro Creador, se tiene que abandonar prácticas inmundas, que nos asocian con fuerzas espirituales inicuas y ponernos firmemente del lado de Dios, ya que de persistir en esta práctica, según Su Palabra, estaríamos eligiendo nuestra perdición. Nuestra fe auténtica, tiene que estar basada en conocimiento y convicción, no en tradiciónes y costumbres penetradas por prácticas diabólicas (Juan 17: 3, 17) ; entonces, debemos esforzarnos, por trasponer la puerta angosta que conduce a la vida (Mat. 7: 7-20).

Convenzámonos, que el pan obtenido con la dignidad del trabajo honrado y la bendición de nuestro Creador,  es dulzura para el alma y vitalidad y alegría para nuestro corazón que rebozará de felicidad. De otro lado,  propendamos a usar de manera apropiada, razonable y decente, el internet, el mismo que a pesar de su inmensa capacidad ha sido saturado con mucha basura virtual, obligando a las grandes compañías a cambiar de protocolo a partir del mes de junio de este año. Nuestra actitud, aunque privada, marcará nuestra personalidad con un aura de autoridad moral y digna, limpia de execrables comportamientos secretos, haciendo buen uso de esta invención mágica del internet; consecuentemente, con esa limpieza de mente y corazón, si tenemos a Dios como nuestro Padre Celestial, podremos acercarnos a Él con toda confianza,  seguros que estemos donde estemos, nuestra oración será escuchada (Sal. 65:2), pues viniendo de una persona limpia y sincera, toda oración es semejante al incienso, que al quemarse, eleva a lo alto su aroma. Aroma, que el Dios del cielo, se complacerá en recibirlo.


Japón, Tochigi Ken, 25 de enero de 2012
Revisado para el blogger (JAPÓN 38-20120125) Tochigi Ken                                                                                       

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