Don Roosevelt Menacho Duque
Con el orgullo de su tradición, desfilan marcialmente los alumnos de la Gloriosa 329 |
Maestro de luz y vida
Escribe: Hugo Tafur
Escribe: Hugo Tafur
(peruano)
Quienes lo conocimos y fuimos sus discípulos siempre lo recordaremos con mucha gratitud. Cuando se escriba la “Historia de la Gloriosa 329”, obligatoriamente habrá que ocuparse de él pues por muchos años, mientras fue su Director, significó tanto para el centro educativo que presumo era su misma alma, su mismo espíritu, su misma personalidad; por lo que, no reconocer la gravitación de su actuar en el nivel educativo que alcanzó la “Gloriosa 329” por esa época y los éxitos logrados en las distintas disciplinas en la que participó, sería una ingratitud, sería escribir una historia gris de cifras y datos cronológicos sin alma.
Don Roosevelt Menacho Duque, supo primero, infundir en sus colegas esa mística de fe y esperanza que se empina por encima de las dificultades y limitaciones de un centro educativo del Estado. Logró que se identificaran con esa ansia de trascender y no quedarse en la rutina de un simple profesor de aula, sino de dejar huella y hacer historia, trabajando con la argamasa humilde de muchachos modestos y hacer de ellos triunfadores. Don Roosevelt Menacho Duque, no sólo le imprimió a su administración su sello personal de trabajo y entrega; sino también, se constituyó en un “Maestro de luz y vida”, al estimular con su ejemplo de caballero cabal, el camino a seguir desde niños para construirse una personalidad digna y respetable basada en el estudio, el trabajo y la honradez. Decena de muchachos de ayer, dignos ciudadanos de hoy, así lo atestiguan.
Maestros, padres de familia y alumnos, imbuidos de un mismo espíritu en la Gloriosa 329-Chimbote |
Como un homenaje a su persona, voy a relatar una anécdota donde el anciano maestro muestra su sapiencia, perspicacia y sabiduría para resolver una travesura en la que indudablemente, estaba en juego su autoridad. Era los años, en que la “currícula” escolar, establecía actividades agrarias como parte de la formación del educando y estas se cumplían en “el huerto escolar”. Era casi fin de año y como siempre no faltaban los amantes del recreo y la flojera, que recién caían en cuenta que estaban a punto de perder el año y ser aplazados. Estos náufragos ponían especial atención en “su chacrita” como tabla de salvación para superar el año aunque sea raspando y con mucho empeño la transformaban para el día del examen en una “granja modelo” trayendo prestado una serie de animalitos y aves domésticas para adornar “la chacrita”. Indudablemente, la necesidad aguza el ingenio.
El huerto escolar, trabajado con esmero |
Los afectados y compungidos alumnos, acudieron en busca de la justicia del anciano Director quién los escuchó sin inmutarse; apenas despidió a los alumnos, dispuso que de inmediato se tocara la campana convocando a formación general en el patio. Ante el tañer sordo de la campana, presto los alumnos se dirigieron a cumplir la orden. Los profesores, cada uno en su sección disponían formación ordenada en espera del Director que no tardó en aparecer...muy serio, avanzó desde la dirección a paso largo y contra su costumbre, cruzó el patio en línea recta entre las columnas formadas por los alumnos. Parecía una actitud estudiada, psicológica, imponiendo su figura y autoridad.
Cruzó el patio... por entre los alumnos en formación |
Ni que decir la conmoción que causó esta declaración, algunos “ya sentían” los estragos del veneno y se dirigieron presurosos al lugar indicado para ser atendidos primeros. Cuando el salón estaba rebosante, volvió a preguntar si nadie quedaba fuera que debiera ser atendido. Todos los demás en sus salones, cuchicheaban sobre la desgracia de sus compañeros y especulaban en un ambiente de incertidumbre y compás de espera, sobre “quién moriría primero”. Transcurrió la mañana... y la “medicina” le fue aplicada a cada uno sin tardanza,
Hoy a la distancia, distingo con claridad e hilaridad, la estratagema aplicada. Todos los destructores del huerto y quiénes comieron los rojos tomates cayeron en la redada de este maestro excepcional. Uno a uno les fue aplicado el antiplagicida, un par de latigazos en las posaderas y luego fueron enviados a sus casas para que se presentaran con sus padres en la escuela. Creemos que por esa época, donde los padres no perdonaban comportamientos tales, le aplicaron una segunda dosis, para que no le quede ganas de destruir y hurtar lo ajeno.
Así era este maestro, magnánimo y noble; pero a su vez, justiciero y disciplinante como un Salomón moderno. Su sabiduría proyectaba conocimiento perenne y nos preparaba para el futuro, por ello no creo exagerar cuando lo defino como un “Maestro de luz y vida”. Donde se encuentre, nuestro más sentido homenaje y gratitud.
Crédito.- Todas las imágenes que ilustran el tema, han sido tomadas de internet
Chimbote, Julio 06 de 1980
Chimbote, Julio 06 de 1980
Publicado: En el Diario “Las Últimas Noticias” de Chimbote (1996)
Revisado para el blogger (JAPÓN 25-20110813) Tochigi Ken
Revisado para el blogger (JAPÓN 25-20110813) Tochigi Ken
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