Escribe: Hugo Tafur
(peruano)
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Hace 34 años, los sindicatos de trabajadores y empleados de la Empresa Siderúrgica del Perú SIDERPERÚ, unidos en un solo frente, declararon en multitudinaria asamblea general la huelga general indefinida, para hacer respetar sus pactos y convenios que la Empresa pretendía burlar pese haberlos acordado y firmado. La huelga adquirió ribetes dramáticos y heroicos en nuestro puerto durante 52 días; y si bien, el saldo final fue el triunfo, este se vio ensombrecido por la muerte de Genaro Rojas Bardales, un dirigente juvenil del barrio Magdalena; también catapultó a Zoila Valdivia Paz, una mujer humilde, que no siendo siderúrgica, se identificó con la lucha proletaria y se sumó a ella en solidaridad de clase. Naturalmente, en medio del fragor de la medida sindical, otros hechos dignos de ser contados ocurrieron; por ahora, permítaseme reseñar la actuación valerosa de esta mujer que en el contexto de la gesta histórica que sostuvieron con decisión los siderúrgicos brilló por su coraje; sin embargo, también, dejemos para la posteridad, los nombres de quiénes encabezaron tan dramática lucha sindical, con el arrojo de su juventud y la razón de su derecho, fueron: Francisco Vásquez León, Secretario General del Sindicato de Obreros y Rafael Velásquez Rengifo, Secretario General del Sindicato de Empleados; junto a ellos, los valerosos dirigentes: Almagro Gil Suárez, Ángel Loayza, Ladislao Chávez Gil, Luis Arteaga, etc., etc., y otros que lucharon a brazo partido para defender los derechos de los siderúrgicos, llenándose igual de gloria con el triunfo de la huelga sindical. Conseguiremos sus nombres. (Japón.21.Oct.2011)
Como dije en la introducción, esta historia tiene como marco la heroica lucha sindical sostenida por los sindicatos de empleados y trabajadores de Siderperú, por esos años, columna vertebral de las luchas proletarias de nuestra provincia. Se iniciaba el último mes del año 1977, era el 5 de diciembre por la tarde; reunidos los dos sindicatos en una asamblea multitudinaria acordaron la huelga general indefinida, como respuesta a la intransigencia de la dirección de la empresa para cumplir con los pactos y convenios acordados y firmados. A partir de ese momento, los cinco mil siderúrgicos se dispusieron a la lucha, en el entendido, que esta podría prolongarse y adquirir ribetes dramáticos y duros, pues como recordaremos, gobernaba el país una casta de militares y la gerencia de la empresa lo ejercía el comandante A.P. Luis Felipe Cáceres Graziani, marino en retiro, que la cundiría siderúrgica bautizó como “Cuellito”.
Chimbote estaba conmovido, la organización de la huelga se planteó audaz y muy disciplinada, en cada barrio se establecieron comités y “ollas comunes” con instrucciones y responsabilidades precisas; ejerciéndose una férrea marcación sobre posibles “amarillos” y mucho celo para descubrir cualquier atisbo “rompehuelga”. Los chimbotanos miraban con simpatía la medida sindical y cientos de familiares y amigos se plegaron en apoyo, organizándose los comités de damas que en la práctica era el “arma disuasiva” a cualquier traición. Diariamente, los siderúrgicos, cumplían diferentes tareas para cuidar la unidad y moral combativa de los hombres del acero. Igualmente, con veloces marchas de protesta por las diferentes arterias de la ciudad y declaraciones informativas de los dirigentes a la prensa y la radio, se mantenía vigente en la conciencia porteña la justicia de su reclamo y de su lucha sindical.
Para la policía, la huelga era un rompe cabeza, imposible de estar en todas partes por la noche; al amanecer, uno y otro lugar estratégico amanecía con calles y avenidas bloqueadas. Muchos policías amigos nos confesaron su hartazgo y desaliento, era imposible reprimir y controlar el orden, sobre todo de noche cuando se producían estas acciones; además, entendían, que el reclamo de los siderúrgicos era justo y se sentían mal al enfrentarlos, sobretodo, cuando esa maza compacta de varias cuadras de largo, sabía golpearlos moralmente, al corear al unísono: ¡El pueblo uniformado, también es explotado!..y eso, era la pura verdad, vivían con un sueldo mísero.
La huelga se iba prolongando por 10, 15 y 20 días, las posiciones en el tablero del ajedrez reivindicativo no variaba, más bien, la huelga de los siderúrgicos se fortalecía, Chimbote hizo suya la medida sindical, las dirigencias barriales se pronunciaban y se sumaban a ella; distintas instituciones, sindicatos y personalidades se declaraban a favor y pedían que la empresa termine con la huelga reconociendo el derecho de los siderúrgicos. Las ollas comunes recibían la solidaridad de los mercados de la ciudad, pescadores, comerciantes, etc.. Para la óptica del gobierno militar, era evidente que la situación se podría tornar “peligrosa” por el apoyo que recibía de la ciudadanía y la capacidad combativa que mostraban los siderúrgicos, y desde palacio se ordenó romper la huelga, la empresa siderúrgica estaba habilitada para usar todo su poder económico para desprestigiarla, para ello, compró a nivel local y nacional, medios periodísticos y periodistas venales que iniciaron una ferrea campaña tildándola de política…ardía Troya.
Que momentos aquellos. Se recurría al chantaje, a la extorsión y se sembraba “bolas” para quebrar la moral combativa de los siderúrgicos, torpedeándola incluso en su mismo seno. La respuesta de los “hombres del acero” no se hizo esperar, desenmascaraban a los “amarillos”, traidores y arribistas, “matándolos moralmente”, se les capturaba, se les cortaba el cabello y se les pintaba de amarillo, exhibiéndolos públicamente…sus nombres eran inscritos en el muro del oprobio del sindicato. La fuerzas policiales, incrementada con más efectivos eran cada día más provocativa y represiva, atacando la misma sede sindical. La respuesta siderúrgica a esta sistemática agresión, fue contundente: ¡Paro Provincial!
En ese marco, las “bolas” y la información sesgada de la prensa comprada causaron al principio confusión y cierto desaliento, lo que determinó que se manejara con mayor fluidez información oficial en la sede sindical...pues la empresa imprimía volantes apócrifos para desorientar a los siderúrgicos en huelga. Ese momento de debilidad, fue quizá el momento más crítico donde pudo romperse la huelga, pero no fue advertida ni aprovechada la oportunidad por la empresa, le fallaron los "soplones". Superada la emergencia, los siderúrgicos retomaron su medida sindical con fe y decisión; la dirigencia, con la opinión y apoyo de los siderúrgicos más lúcidos, reajustó su estrategia, organización y desenvolvimiento, haciendo con ello cambiar el rumbo de la historia ya que los “hombres del acero” reafirmaron su convicción en el triunfo.
En ese contexto, aparecía con notoriedad una mujer singular que se irguió con la dignidad de una heroína del pueblo proletario. Esa mujer, traía alas de mariposa y sobrenombre despectivo “Sarandonga”. En otros tiempos, cuado vivía en Barrios Altos, en el distrito del Rimac y luego en Chimbote, su belleza había cautivado y de hecho quitado el sueño a muchos hombres, los cuales la halagaban y asediaban; pero esa belleza, igual que las flores, se fue marchitando…y los mismos hombres, que ayer caían rendidos fueron crueles con ella, consumieron no sólo su vida y su belleza, sino también, deformaron su nombre apodándola “Sarandonga” , todo porque en medio del vértigo del trago, el humo del cigarro y la fiesta interminable, gustaba embotar sus sentidos bailando aquella canción del dúo cubano “Los Compadres”. Así transcurría su existencia, en medio del jolgorio y la despreocupación, hasta cuando se inicia la huelga general indefinida de los siderúrgicos, la organización y acción llegó hasta los barrios periféricos de la ciudad.
Ella, un poco para cubrir su necesidad de alimentos y matar el hambre, se plegó a la olla común que funcionaba en el local del Sindicato de Obreros de Siderperú; ahí, al calor del fogón y la lucha sindical, conoció lo que significaba “reivindicación” y de la noche a la mañana se sumo a la lucha de sus hermanos siderúrgicos, pues también entendió, que los proletarios eran sus hermanos de clase. Cuando la policía atacó la sede sindical, arrojó bombas lacrimógenas y disparó balas para amedrentar, ahí estaba ella, inmutable, feroz, corajuda, balde de agua en mano, recogiendo y devolviendo a los policías represivos su bombas o ahogándolas en el agua de su balde. Su ejemplo y su coraje en primera línea, acicateó e incentivó a los siderúrgicos que ya abandonaban su sede, volviendo a defender y recuperar su local.
Esta mujer excepcional de físico esmirriado y pies ligeros, sin ser siderúrgica, se constituyó en tal, al involucrarse con cuerpo y alma en la lucha de sus hermanos de clase. Repartía volantes, cocinaba y atendía con alimentos a la guardia nocturna…fue “Chasqui y Ángel” los 52 días que duró la huelga de los obreros y empleados de Siderperú. Por ello, cuando el siderúrgico celebraba el fin de su huelga, no olvidó su apoyo y entrega heroica a su causa y en Asamblea General Conjunta de los dos sindicatos, los hombres del acero le rindieron sentido y merecido homenaje reivindicando su nombre y llamándola con respeto “La Tía Sara”. Luego, la dirigencia que encabezaba el Secretario General del Sindicato de Trabajadores Siderúrgicos, Francisco Vásquez León, le dio empleo en el mismo sindicato y desde entonces hasta hoy, esa pequeña mujer digna y dignificada por sus hermanos siderúrgicos, vive en uno de los ambientes del local sindical, junto a sus amados hijos. De esa mujer coraje, jamás te olvides siderúrgico, su nombre real Zoila Valdivia Paz, pero puedes seguir llamándola con respeto y cariño “La Tía Sara”…"La Chasqui", del proletariado siderúrgico:“Cuando la duda asaltaba la trinchera / como la más firme aliada del patrón, / llegó con su ejemplo y su coraje / a unirse a las huestes en acción”(*)1…La noche quedó atrás.
(*)1.- Fragmento del poema La Tía Sara, del mismo autor.
Chimbote, 06 de diciembre de 1995
Archivo BITÁCORA 13 (06.12.95) Chimbote
Revisada para el blogger (JAPÓN 34-20111021) Tochigi Ken
Archivo BITÁCORA 13 (06.12.95) Chimbote
Revisada para el blogger (JAPÓN 34-20111021) Tochigi Ken
PUBLICACIÓN:
Primera vez.- En el diario Nueva Imagen-Últimas Noticias (Chimbote, Junio-1996)
Segunda vez.- Diario Regional- Las Últimas Noticias (Chimbote, 05.12. 2003) Pág. 08.
Segunda vez.- Diario Regional- Las Últimas Noticias (Chimbote, 05.12. 2003) Pág. 08.
Tercera Vez.- En internet: en blogspot.com-bitácora 13 (Japón 21.10.2011).