martes, 28 de agosto de 2012

La maldición de los delfines - Bitácora 13



El delfín, una de la criaturas mejor dotadas
del mar (Foto Internet)
Relatos del mar:
La maldición de los delfines

Escribe: Hugo Tafur
       (peruano)
En agosto del 98, junto a un grupo de experimentados pescadores de tiburón, viví una de las experiencias más terribles de mi vida; la cual nos llevó a un tris de morir en el  mar peruano, en algún lugar de las 200 millas hubiera sido mi tumba... Ahora que lo pienso, estuvimos a punto de repetir la historia y el enigmático destino de la legendaria “Moby Dick”, de la que hasta ahora no se conoce lo que ocurrió con ella… se desapareció como por arte de magia con toda su tripulación, en un viaje parecido al que emprendimos nosotros... hace ya mucho tiempo que escribí al respecto.

Cuando ocurrió, hacía cuatro años que no salía al mar, aunque mis permisos estaban en regla y vigentes no lo intentaba, pues mi madre con lágrimas y ruego, me había convencido que no lo hiciera por el peligro que representaba: accidentes incapacitantes, muertes y embarcaciones en emergencia, terminaron por darle la razón y me abstuve de hacerlo. Hasta entonces, algunas esporádicas salidas aparte de mi trabajo en Siderperú,  mejoraban mi economía y de paso actualizaba mi conocimiento respecto a la pesca y al mar; estaba convencido que todo evoluciona y la vida en el mar no es ajena a ese cambio, si quería seguir escribiendo crónicas del mar, tenía que actualizar y ajustar mi conocimiento sobre la “jerga” del hombre de mar, del conservero, del siderúrgico, etc.; de esos días, recuerdo con mucha gratitud a mi amigo Samuel “El flaco” Obeso, capitán de la lancha “Don Raúl”, quién conociéndome desde mi adolescencia, me brindaba la oportunidad para salir a pescar con él, los días feriados o vacaciones de mi empresa.


Belleza y dominio de su habitad, expresado
con vistosas cabriolas alegres (Foto Internet)

La peligrosa aventura que les cuento, se inició un día cuando abandonaba las oficinas del diario, me encontré con dos viejos amigos pescadores quiénes entre broma y serio me animaron a embarcarme ya que "faltaban dos puntas”..; mi madre, hacía poco más de dos años que había fallecido y aunque recordé su súplica, la ignoré y acepté salir a pescar, era el 3 de agosto de 1998; según lo convenido, me presente con toda mi indumentaria en el muelle Gildemeister, a la hora indicada, pero cuando llegué, hacía quince minutos que la lancha había zarpado; decepcionado, miré el horizonte, y a lo lejos descubrí la silueta de la embarcación que “a toda pala” se bamboleaba rumbo a la “Bocana Grande”… Alguien, desde el puente de una pequeña lancha acoderada al muelle, observó mi desilusión, por lo que viéndome listo me invitó a embarcarme en la suya, esperaba hacer gente, también le faltaba tripulantes; era una lancha tiburonera y según me enteré después, para el común de los pescadores no les resulta una oferta muy atractiva por lo lejos que ejecutan sus faenas, por el peligro que encierra y por los muchos días que tardan en retornar. En cuanto a mí no lo pensé dos veces, nunca había vivido la experiencia de pescar tiburones, así que la propuesta en teoría, me sabía a oportunidad para conocer cómo se ejecutaba … miré al cielo y dije para mí, “Viejita, es la última vez, te lo prometo” y me embarqué.

Poco después, la pequeña embarcación de madera juguete del viento, navegaba guiada por mano firme de su patrón, don Manuel Azabache; ya a bordo y en travesía, me enteré que la capacidad de bodega era de apenas 24 toneladas, y que habían embarcado 5 toneladas de hielo, por lo que su capacidad se reducía a 19 toneladas y que sólo disponía de 6 camarotes, más otro adicional detrás del “cañero” en el puente, donde nadie quería ir por los rigores del frío. Después de dos horas de navegación, como a las 5 de la tarde, comenzó mi pesadilla, la tuve que sufrir en vivo y en directo... el patrón bajó la velocidad y ordenó que alistaran el arpón, un vulgar instrumento hechizo, compuesto por una punta de acero con dos aletas, adosado a un pedazo tubular de eucalipto de un metro y medio, el cual le daba la longitud y el peso apropiado para manipularlo y arrojarlo como lanza, terminando en un cabo de nylon de ½” pulgada de unas 20 brazadas que servía como línea para recuperar el arpón.


Tiburón, el tigre del mar (Foto internet)

Hasta ese momento desconocía para que se usaba el instrumento, si algo imaginé, pensé que era para prender a los escualos, pronto sería sacado de mi ignorancia. El 2do. patrón se ubicó en la proa y le alcanzaron el arpón,  el patrón nuevamente puso en marcha la embarcación... poco más allá, unas 10 lanchas tiburoneras de parecido calado, ejecutaban similar operación oteando la mar. A poco de reiniciada la travesía, confiados y hermosos delfines se ubicaron en la proa de la embarcación, parecían hacer alarde de su velocidad y dominio de su habitad, se cruzaban a babor y estribor y viceversa, hacían resoplidos, piruetas y sonidos como de trompeta, algunos temerariamente se acercaban  a la proa, sin percatarse que ese hombre premunido del tosco arpón los amenazaba, estaba esperando el momento que se pusieran a su alcanse, para arrojarles y clavarles en su lomo ese artefacto, que  haría daño su espina dorsal y los heridía de muerte… Rápidamente el patrón aquietaba la embarcación, para luego trasladar al inmovilizado delfín a estribor, donde se le estrobaba y se le procedía a izar sobre cubierta. Esta acción se repitió unas cinco o seis veces, para mí era un cuadro doloroso, ver herir a estos cetáceos mamíferos que yo admiraba desde niño, y observarlos en su estertor de muerte sin poder hacer nada, escuchándolos emitir misteriosos sonidos quizá  pidiendo compasión, inundados sus pequeños ojos de lágrimas, desangrándose; más tarde, su carne tasajeada en trozos era la carnada para atrapar tiburones... el hombre es un gran depredador e irresponsablemente altera el ecosistema... no se percata que la naturaleza, nos pedirá cuenta de nuestross actos. 

En los días que sucedieron, la suerte se manifestaba en contra nuestra, se tendía el aparejo lineal por varios kilómetros, con cientos de grandes anzuelos provistos de la carne de los delfines asesinados el primer día, y al levantarlos, sólo unos cuantos tiburones habían caído en la celada… parecía que la sangre de los delfines derramada inmisericorde neutralizaba nuestra acción; es más, el día 11, a 38 horas afuera, el patrón tuvo que tender el aparejo de pesca guiado por el compás, debido a la espesa neblina que cubrió el mar; cuando amaneció, comenzamos a levantar los anzuelos con el mismo resultado de días anteriores, nada; más adelante, la sorpresa y decepción fue mayúscula, la línea estaba cortada, varios kilómetros habían desaparecido. Felizmente, la casualidad nos llevó hasta una embarcación coreana, denominada “Tridente”, la cual tenía adujada la línea principal en su puente y fue reconocida de inmediato por los tripulantes de nuestra embarcación. Se procedió a solicitarle la devolución del aparejo, con la mayor diplomacia, solicitud que entendieron y procedieron a entregarnos, lo mismo un paquete de líneas auxiliares y un saco con los anzuelos. Llamó mi atención, la cautela y educación con que el patrón solicitó la devolución de los aparejos pesqueros, la serenidad y pasividad,  no es propio del temperamento de los hombres del mar, cuando se sienten burlados… más tarde, don Manuel, el patrón, me lo explicó: “A esa gente, no hay que provocarlos, generalmente tienen armas, pueden dispararnos. Imagínate, a 38 horas afuera y con neblina quien nos ve, nos pueden matar a todos y fondean la lancha y se acabó”.

Tiburón martillo (Foto internet)
El día 12 de agosto, el tiempo estuvo mejor, levantamos unas 5 toneladas de pesca, entre tiburón azul, diamante, zorro. martillo y un pez espada, pensamos que la suerte iba a cambiar mañana; el día 13, desde las 6 de la tarde, se comenzó a tender el sedal, cuatro horas después la tarea había finalizado en un ambiente bastante movido, grandes marejadas y mucho viento. La lancha sin el peso de su aparejo, era una cáscara de nuez flotando en el gran océano, no había forma de cuadrarla y ponerla proa a la mar, la noche jugaba su papel siniestro, nuestra pequeña embarcación zarandeada por viento amenazaba con voltearse, el momento era un torbellino de incertidumbre, el temporal furioso arreciaba sacudiendo con violencia la pequeña lancha de madera y ponía muy cerca de la picota nuestras vidas; de pronto, la serenidad observada por la tripulación hasta ese momento guarecida en los camarotes, se rompió como una copa de cristal, un gran estruendo nos petrificó, se había caído la pluma y peligrosamente se sacudía con violencia de babor a estribor sobre la cubierta; configurando una condición extrema, porque donde cayó había abierto un boquete por donde ingresaba agua a la bodega. Experimentado y "cholo de ñeque" como dicen en el norte, José Castro, comprendió la emergencia y veloz como las lagartijas de su tierra, abandonó el camarote y parapetado se ubicó tras el puente esperando el retorno de la pluma a babor, tan pronto como la marejada lo devolvió, cogió su templador y lo azocó en la vita, inmovilizando a la pluma. Acto seguido, Raúl Fiestas y “Quique” Azabache, arrastrándose sobre cubierta clavaron un plástico sobre el boquete impidiendo que siga ingresando agua a la bodega con cada marejada... de todos modos, la bomba de sentina hacía su trabajo.

Cuando ya se había superado la emergencia y nuevamente protegidos en el camarote esperábamos que amaine el temporal, sorpresivamente una gran ola, jamás experimentada en toda mi vida de marino, ingresó como un latigazo al camarote de popa, mojando hasta el camarote del tercer nivel y dejando 40 centímetros de agua en el piso… con ese bandazo insólito, inconciente, mi mente recreo el recuerdo de los delfines muriendo sobre cubierta, pero inusitado y extraño me pareció que en ese preciso momento, sin que yo descubriera mi pensamiento, “Quique” Azabache, el hijo del patrón, en un arranque de miedo y devoción, dijo: “Señor Cautivo de Ayabaca...¡Sálvanos, de la maldición de los delfines!” y se puso a orar... poco después, la tormenta amainó y el mar recobró su calma… nadie durmió y apenas hubo claridad arreglamos la maniobra… era el 14 de agosto de 1998, llevábamos 11 días en el mar y estábamos a más de un día y medio mar afuera.


Ballena (Foto Internet)

Rato después, el motorista nos hizo saber que el nivel de petróleo era bajo y que hacía dos días que venían pidiendo por radio auxilio a una lancha de la compañía; terminada la maniobra nos dirigimos a recoger los aparejos de pesca con la misma suerte de otros días, solo pescamos cuatro tiburones más. En esas circunstancias se apareció la nave esperada  “Juana Angélica”  y nos trasladó el combustible necesario para retornar a puerto. Dos días después, con crecida barba y una experiencia para no recordar, avistamos el puerto. Antes de ingresar a la bahía, media hora fuera de la "Isla Blanca", hicimos un alto respetuoso, una manada de ballenas adultas con sus pequeños hijos en cerrada fila, iban cantando y nadando hacia el sur, misteriosa melodía que me hizo recordar  el canto de  las sirenas que  encantaron a Ulises y sus argonautas en su viaje de retorno a Itaca. Así cerré mi paso por el mar, con una experiencia que pudo costarme la vida y la que jamás querría repetir… por ello, en algún momento me pregunté ¿Esta situación peligrosa, es la que presintió mi madre?.. Bueno, nunca lo sabré, pero tampoco, nunca más desoiré su petición... le agradezco a Dios su protección.

Chimbote, 25 de mayo de 2003
Archivo BITACORA 13 (20030525) Chimbote.
Revisado para el blogger (JAPÓN 53-20120828) Tochigi Ken     

lunes, 27 de agosto de 2012

Un poco más de tiempo - Bitácora 13


La vida es efímera... es una exhalación
(Foto internet)
Un poco más de tiempo

Escribe: Hugo Tafur
       (peruano)
No lo sabía, tenía planes para hoy pero parece que tendré que cambiarlos diciéndole adiós a mi paseo en bicicleta, “hasta donde choque”, que en mi pueblo significa hasta donde me dé el día; amaneció lloviendo intensamente, con pequeños intervalos de calma, son las 08:48 de la mañana y don Pedro, de quién se dice tiene las llaves de cielo, sigue regando Ashikaga Shi, sin viso que pase pronto el temporal, así que el cambio de mis planes se impone... pero esperen, no lo puedo creer, a pesar de la lluvia un grupo de karasus están en el tejado de enfrente haciendo un coro gutural, parece que de sus cuellos salieran sonidos hechos con un peine y papel… ¿no habrán venido a saludarme y están cantándome "Las Mañanitas"? Desde que llegué a Japón, me he identificado con estas aves, por su inteligencia… su presencia en la isla es tan significativa que su figura estilizada se ha ubicado en el escudo de la selección  de fútbol de Japón, y yo los he tenido, en dos ocasiones, como personajes principales de dos cuentos: “El sabio y el karazu” y “El secreto de los karasus”, así que las considero un ave amiga y pareciera... que ellas responden a mi amistad.

El día de hoy, me pongo muy cerca al límite que Dios señaló en su Palabra como promedio de vida para la humanidad, mi paso por este valle de lágrimas ha sido hasta ahora una exhalación, precisaría de muchas vidas con todo mi poder para hacer realidad mis expectativas y anhelos, sólo me queda reconocer como sabia, la exclamación del rey Salomón, ante la perspectiva de vida efímera: “¡La mayor de las vanidades!.. ¡Todo es vanidad!..” o concluir, con una verdad indubitable, expuesta en la literatura seglar de hace 3 siglos: “La vida es sueño... y los sueños, sueños son” de don Pedro Calderón de la Barca. Llego a una edad, graficamente curiosa, donde el número cabezón de nuestro sistema decimal, se pone de cabeza con pie para dibujar con certeza el número del kilómetro en que me encuentro en el camino de la vida. Edad, en la que hay que admitir, que los dados están echados y que mi ciclo terminará al detenerse ellos… sin embargo, no siento temor ni me aflijo, comprendo que es la ruta natural de nuestra existencia y sé que mi lámpara debe estar consumiendo lo último del combustible que me queda, esperaré con tranquilidad ese momento... que ellos dejen de rodar a la ventura y señalen el final del juego; mientras, seguiré ejerciendo hasta el último momento, mi vocación de vida, que es mi amor irrenunciable y apasionado por esa mujer misteriosa que siempre me subyugó, haciéndome inmensamente feliz, libre y realizado: la literatura… mi llama se extinguirá y en el último instante, bendeciré a los míos, repitiendo como despedida la sexta expresión de mi dechado: “Todo está consumado”. 

 
Orando en la tumba de sus ancestros, pidiéndole
que vuelva (Foto internet)
 He nacido en Chicama, un pueblito de la costa norte de mi patria, al cual pomposamente lo llaman "Llave y Puerta del Valle Chicama", y yo, con cariño mi “Pueblo Chiquito”. Este suceso ocurrió exactamente en la esquina formada por los jirones Progreso y Libertad, según me contaron mis padres, yo llegué “entre gallos y medianoche”, es decir,  a la una y treinta de la madrugada, hora muy respetada en el pueblo, porque según la creencia popular de entonces, a esa hora de la noche, se paseaban por sus calles espíritus malignos, brujas y aparecidos... personajes misteriosos de la cultura ágrafa del pueblo, que se  repetía generación tras generación en las sobremesas, después de las comidas. De estas narraciones escuchadas en mi niñez nacieron: “El cerro de la viuda” (1964); “La amita chica” (1965); “El aquelarre” (1967); “La cruz de la horca” (1968); “El grito del ahogado” (1968); “El cura sin cabeza” (1968); “Las parteras” (1968); “Vamos a florecer” (1969); “Los chicameros de mi tiempo” (1969); “El maniquí” (1970); “La linterna del regador” (1980); “Zita, la panteonera” (1980), etc.; admito, que fueron relatos escuchados a mis mayores y a los viejos de mi pueblo, los que acentuaron mi vocación y nutrieron mi fantasía de niño en un marco de temor. Temor, que mis abuelos maternos se apresuraron en diluir y minimizar, desvistiendo racionalmente el prurito de miedo que los niños creamos ante lo inexplicable y misterioso, tornándolo transitorio en mi alma infantil. De esa etapa, no me queda más que la riquísima secuela de cuentos y relatos escuchados al anochecer, junto a la luz mortecina de algún mechero o linterna a kerosén. 


Hoy, martes 14 de agosto, Japón se encuentra celebrando uno de los eventos más importantes de su tradición nacional, “El Obon” o “Festival de los Ancestros”, costumbre de origen budista, durante la cual, se recuerda y se hace oración por el reposo de los familiares muertos; hay la creencia, que en esta fecha, el espíritu de estos familiares vuelven a casa para reunirse con los familiares, por lo que con anticipación la casa es preparada para recibirlos y ofrecerles una variedad de alimentos, verduras y frutas, las que son colocadas en el “Botsudan” (altar budista de la familia). El día central es el día 15 de agosto, pero el festival, empieza el día 13, día en que en las casas se encienden unos faroles llamados “Chouchin” y los deudos visitan los cementerios para pedir en oración a sus familiares que regresen; el día central, las familias tienen un encuentro muy especial, al cual asisten hasta los familiares que viven lejos o están en otras ciudades, ya que se supone que ese día los visitará el espíritu de los familiares fallecidos, por lo que el ambiente de la casa es saumado con un incienso llamado “Senko” y el altar familiar es decorado con flores y faroles, los presentes se vestirán con “yukatas” , se comerá e incluso, se bailará una danza llamada “Bon Odori”; el día 16, los espíritus visitantes regresarán a sus lugares de descanso y serán guiados por unos faroles pintados con el emblema familiar. Poco después, cientos de faroles serán depositados en el río rumbo al océano.

En lo que a mi respecta, ya que sigue lloviendo, pasaré como es mi costumbre dedicado a las musas, leyendo y escribiendo lo que mi inspiración quiera crear y hacer nacer, trabajo intelectual que me subyuga y me hace feliz. No puedo obviar, sin embargo, que desde hace un momento, queridos amigos y familiares, han comenzado  halagarme con sus llamadas y mensajes, deseándome feliz día y muchos parabienes futuros, detalle que agradezco sobremanera y que responderé uno a uno. Para mí, en esta ocasión, solo pido al Creador un poco más de tiempo, a bordo de esta maravillosa nave que es nuestro planeta Tierra, en la cuál todavía me quedan muchas cosas por hacer y en la que considero, puedo seguir morando, sin significar carga para nadie.  Amén.

 Crédito: Imágenes tomadas de internet
Japón, Ashikagashi (martes 14.08.12) Hora 11:00
Archivo BITÁCORA 13 (20120814) Japón
Revisado para el blogger (JAPÓN 53-20120827) Tochigi Ken 

jueves, 23 de agosto de 2012

Manuel Castro Carbajal-El "Capi Castro"-Bitácora 13

Manuel Castro Carbajal
El "Capi Castro"

Escribe : Hugo Tafur
         (peruano)
La clarinada de alerta retumbó en todo el Perú… La patria era amenazada por nuestro secular enemigo de entonces, Ecuador; país que intransigente, venía haciendo infructuoso cualquier acuerdo para zanjar la delimitación de fronteras sobre el río Cenepa, y violando el “Statu Quo” de 1936, había adelantado sus guarniciones y puestos de vigilancia, pretendiendo indebidamente desalojarnos de manera sistemática de nuestro territorio en las zonas de Zarumilla, Tumbes y Loreto; confiando taimadamente, según se reveló, posteriormente, en los ambiciosos consorcios petroleros británicos y estadounidenses que ansiaban el control de nuestras reservas, y  su socio estratégico del sur, con quien había elaborado en secreto un plan de ataque; para ello, creó el clima propicio de tensión al atacar simultáneamente los puestos fronterizos peruanos de Aguas Verdes, Las Palmas y Lechugal, el 5 de julio de 1941; esta actitud beligerante, motiva la rápida acción y respuesta primero de nuestra Policía y luego de nuestras Fuerzas Armadas, reunidos en el recientemente creado Agrupamiento del Norte (11.01.41), comandado por el General de Brigada del EP Eloy Gaspar Ureta Montehermoso, que acuden como un rayo a resguardar nuestra soberanía.

Muy cerca al teatro de los acontecimientos, un joven empleado del Estanco de Tabaco en Zarumilla, fue sacudido por la noticia de lo que ocurría, y en el acto, vibrando de patriotismo y amor a la patria, decide sumarse como voluntario a los pocos efectivos policiales que defendían con heroísmo el puesto policial de Aguas Verdes. Ese joven peruano, de raza y estirpe guerrera, era, Manuel Castro Carbajal, Sargento 2do. , ex Jefe de Pieza de Morteros de 81mm. del Batallón de Infantería “Zarumilla” Nº 5, recientemente dado de baja en enero de ese año, por cumplimiento de su tiempo de servicio, quien acude como todo buen hijo con el arrojo de su convicción y juventud, al llamado de la patria en peligro, convencido que morir por ella , es muerte bella. Unos días después, cuando ya había tomado el control de las acciones militares la gran unidad de combate, Agrupamiento del Norte del Ejército Peruano, es avistado por su ex jefe, el Teniente Coronel EP Carlos A. Miñano Mendocilla, Jefe de Batallón de Infantería “Zarumilla” Nº 5, quién lo incorpora de inmediato a su batallón, participando de esa manera, en toda las acciones de la campaña que tiene su corolario en la batalla de Zarumilla, que se  lleva a cabo el día 24, prolongándose hasta el día 31 del mismo mes, y donde las armas peruanas se visten de gloria, al derrotar y expulsar de manera contundente al agresor.

Este hombre sencillo, austero y lleno de amor a la patria, perdura en la mente y corazón de los jóvenes razurinos de ayer, que con respeto y cariño lo llamaban “Capi Castro”, tanto así se le apreciaba, que la Promoción 1969, del emblemático colegio de San Pedro de Lloc, “José Andrés Rázuri”, escogió denominarse “Manuel Castro Carbajal”, en reconocimiento a su gran labor de educador y a su ascendencia con la juventud; hoy, los integrantes de las diferentes promociones que gozaron de su saber,  banderola en mano con el orgullo que él les inculcó, desfilan marcialmente cada 16 de setiembre en el "Rencuentro Razurino", en la Plaza de Armas de la ciudad, recordando el aniversario de fundación de su “alma mater” y recordando con gratitud, a quiénes forjaron el espíritu indomable y vencedor del alumno razurino… entre ellos el "Capi  Castro".


Don Manuel Castro, con su esposa y
sus 8 amados hijos

Manuel Castro Carbajal, fue de extracción humilde. Nació un 12 de setiembre de 1919, en Chóchope, distrito de Lambayeque; fueron sus padres, don Conrado Castro y doña Carmen Carbajal; como podremos notar, nuestro futuro héroe, nace en un período en que el mundo convulsionado por la Primera Guerra Mundial, satura el aire con dolor e incertidumbre, de cuyos hechos, siendo un niño y estando muy lejos del escenario, el sólo guardaría recuerdos muy difusos de conversaciones escuchadas; sin embargo, no terminaba de adquirir la mayoría de edad y comprometerse con la bella tumbesina, doña Rosa María Morán Dioses, cuando las naciones del mundo se embarcan en otro hecho bélico de carácter mundial. El mundo contemplaba estupefacto, el accionar de los  ejércitos nazis del norte y el centro, eran unas aplanadoras que por donde incursionaban, arrollaban y dejaban en su camino una estela de destrucción y muerte. Los pueblos de Europa, estaban aterrados, un psicótico e histérico Hitler, se había propuesto ampliar las fronteras de Alemania, en lo que él llamo “espacio vital”, para implantar en la Alemania nazi un “Nuevo Orden” de absoluta hegemonía en el continente europeo; ese era el marco lúgubre de la 2da. Guerra Mundial, donde Adolf Hitler, mientras hacía la guerra, se ensañaba por motivos raciales contra judíos y gitanos. Dos años después de iniciada esta guerra, en el año 1941, las fuerzas alemanas y sus aliados, ocupaban la mayor parte de Europa y África del norte.

En este contexto mundial y las pretensiones descabelladas de nuestros vecinos del norte, Manuel Castro Carbajal, decide por la vida militar, dando muestras desde el principio de condiciones natas para la carrera  y como referimos líneas arriba, pese haber cumplido de modo sobresaliente con su servicio militar obligatorio y encontrándose en vida civil, retorna rápidamente, y se viste de soldado, cuando siente que su amada patria está amenazada, participando voluntariamente en la Campaña de Zarumilla, donde se llena de gloria. Terminadas las acciones, y obtenido el reconocimiento de “Vencedor de la Campaña Militar 1941”, recibe su baja y las felicitaciones de su Comandante, Teniente Coronel del EP, Carlos A. Miñano Mendocilla y  del Capitán de Policía, Conrado Ruiz Oliva, quienes en sentidos discursos de despedida frente a la tropa, resaltan su actitud de peruano y combatiente. Días después, ocupaba nuevamente su puesto de inspector en la oficina de Estanco del Tabaco, en Zarumilla.

La vida sedentaria y de oficina no era para él, a fines del año 1942, con apenas 23 años, viaja a Lima y se presenta en el Ministerio de Guerra, para postular en el concurso para Instructor Pre Militar – IPM, donde por sus cualidades inicia un periplo de cambios y ascensos. El 29 de marzo de 1943, con Resolución Ministerial Nº 1039, fue designado como Sargento Auxiliar del Ministerio de Educación, lugar donde funcionaba la Inspección General de Instrucción Pre Militar; ya como instructor de IPM, en el mismo año es enviado a Huancavelica, luego nuevamente traído a Lima y posteriormente a Lambayeque. En el año 1944, estando en Lambayeque, recibe la R.M. Nº 1075 (15.marzo.44) asignándolo a Tumbes, donde permanece por varios años. En el año 1946, con Resolución Pre Militar Nº 1939 (07.mayo.46) es ascendido a SO1, por haber obtenido alta nota. En el año 1948, con Resolución Pre Militar Nº 2500 (09.marzo.48) es asignado a una nueva ubicación, Colegio Militar “Leoncio Prado” del Callao, donde cumple un rol destacado y permanece por varios años. En el año 1955, una nueva asignación, lo lleva del Colegio “Leoncio Prado” a Cajabamba, donde estaría por poco tiempo; ya que al año siguiente 1956, una nueva Resolución lo trae de retorno a Lima, al Colegio “Guadalupe”, del que pasa nuevamente, al Colegio Militar “Leoncio Prado”.

En el año 1957, es cambiado del Colegio “Leoncio Prado” al Cuzco; y en el mismo año, con Resolución Pre Militar Nº 3911, al Colegio “José A. Rázuri” de San Pedro de Lloc-Pacasmayo; en esa estadía, se le nombra tutor de la Promoción “José Gálvez Barrenechea”, con cuyos integrantes se presenta al Concurso Nacional de Tiro con fusil de guerra, obteniendo el trofeo Ministerio de Educación como campeones. Lo resaltante en este hecho, es que el puntaje obtenido superaba al obtenido por el Cusco, como campeón de universidades de ese año. En el año 1961, una nueva Resolución, lo cambia del Colegio “José A. Rázuri”, al Colegio Militar “Francisco Bolognesi” de Arequipa. En el año 1962, es cambiado del Colegio “Francisco Bolognesi” de Arequipa a Chepen. Año 1964, nuevamente es modificada su ubicación, de Chepen  a Pacasmayo, colegios “José A. Rázuri” y “Antonio Raimondi”,
designación que le satisface porque le acerca al pueblo de sus amores, San Pedro de Lloc, lugar de rica tradición que siempre añoró para aposentar a su familia y donde finalmente nacieron y crecieron sus amados hijos. El año 1969, con 50 años de edad, su vida retoma un nuevo impulso, al ser ascendido a Sub Oficial Maestro de IPM, gracias a la alta nota obtenida; la promoción de ese año, del Colegio “José A. Rázuri”, decide adoptar su nombre, “Manuel Castro Carbajal”, como reconocimiento a su dilatada carrera de educador. Finalmente, en el año de 1982, llega el momento del relevo. La Resolución Directoral Nº 4322 (30.diciembre.82) lo cesa de la carrera pública a este inolvidable maestro de la IPM.

Sus cuarteles de invierno no le atraen, el ocio y el descanso no lo sugestionan, y poco tiempo después, con ese corazón inquisitivo y latente por el bienestar de sus hermanos, incursiona en la política y es elegido regidor de la Municipalidad de San Pedro de Lloc. Por esa época también, ostentaba con honor la banda rojiblanca de la  presidencia de la Asociación de “Vencedores de la Campaña Militar 1941”, filial San Pedro de Lloc; múltiples documentos, resoluciones, felicitaciones, diplomas y recortes periodísticos, avalan su paso positivo por la vida, su amor a la patria, a San Pedro de Lloc, la tierra que lo acogió con calidez de madre y en cuyas entrañas hoy reposan sus restos mortales desde su fallecimiento ocurrido el 10 de marzo de 2006. Año tras año, una banderola desplegada con su nombre  por la Promoción 1969, “Manuel Castro Carbajal”, perenniza su nombre y su recuerdo, desfilando con la marcialidad que lo hacía el "Capi Castro”, al iniciar el desfile cada 16 setiembre, fecha donde el orgullo de San Pedro de Lloc se expone al tope, cuando iza la roja y blanca sostenida con honor por sus hijos razurinos.

¡San Pedro de Lloc!... ¡Abrid, ancho paso!.. El Vencedor de Zarumilla, avanza marcialmente abriendo el desfile…Que una cerrada ovación se escuche, como homenaje a este gran maestro del civismo y el honor. ¡Oh, “Tierra de héroes y hombres valientes”!… cuando  enumeres a tus héroes y a tus hombres valientes, nunca olvides a Manuel Castro Carbajal, el "Capi Castro”, un “Héroe del 41” que piso tu suelo y formó a tu juventud, en el camino del honor y el amor a la patria... ¡Salud, en su recuerdo!



DEDICATORIA:
A sus amados hijos: Graciela, Lía, Manuel, Aurora, Margarita, Sara, Silvia y Gisella Castro Morán, herederos y depositarios de la gloria del "Capi Castro", cuyo grandioso recuerdo, sea por siempre fuente de inspiración y fe. Con admiración y afecto. Hugo Tafur (Japón, 23 de Agosto de 2012).

Japón; Ashikaga Shi, jueves 23 de agosto de 2012- Hora 16:28
Archivo Bitácora 13 (20120823) Japón
Revisado para el blogger (JAPÓN 52-20120823) Tochigi Ken

COMENTARIOS:
LIM.juev.23.08.12-Para Hugo Tafur
Hugo mis modestas pero sinceras felicitaciones por esta hermosa crónica dedicada al CAPI CASTRO.... Te juro que desconocía su historia bélica y me complace muchísimo que un hombre de extirpe guerrera haya recalado en San Pedro de Lloc para bien de todos los razurinos, porque el CAPI CASTRO, siempre fue sinónimo de buenos consejos y orientaciones especiales a sus alumnos, estoy convencido que muchos San Pedranos se van asombrar al leer esta crónica, porque se van a preguntar el Sr HUGO TAFUR ¿Fue alumno del Capi? ¿De que promoción es? porque has escrito este artículo dando la impresion de  ser un razurino y ademàs San Pedrano..Gracias Hugo....... para nosotros fue un excelente INSTRUCTOR PRE-MILITAR, gran amigo y muy buen maestro.....Otra vez gracias dilecto amigo....por esa bendita pluma que dominas lanzando notas hermosas como esta que a todo San Pedrano lo hace sentirse orgulloso de haber nacido en ese lindo pueblo norteño....un abrazote y cuídate mucho..ok....Ud. maestro dispondrá si se difunde o no....ok
RAZURINAMENTE
RAUL ORLANDO
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Raúl Orlando:
Intuición la mía, de husmear en el pasado glorioso de nuestra patria, y rescatar para el presente, hechos y figuras que contribuyen a nuestro orgullo de peruanos. En este caso, la figura de un maestro humilde pero valioso, héroe anónimo, que paso y se quedó en  San Pedro de Lloc; donde sentó plaza, dejó escuela y yace anónimo enterrado en su suelo, no permitamos que personaje tan querido lo cubra la bruma del tiempo. Feliz San Pedro de Lloc, "Cuna de Héroes y Hombres Valientes", que suma a la estela de sus grandes, la figura de Manuel Castro Carbajal, el "Capi Castro", junto a toda su pléyade de héroes y hombres valientes, como: José Andrés Rázuri, Antonio Raimondi Dellacua, José Sevilla Escajadillo, José María González, Virgilio Purizga Aznarán, Juan Decio Oyague Neyra, Carlos Gutiérrez Noriega, Lucrecia Vértiz Cáceda, Gonzalo Ugáz Salcedo, David Sánchez Infante, Julio C. Brito, Manuel Vertiz, Manuel Flores, Hermanas Clotilde y Jesús Sacco Vertiz y tantos hombres y mujeres, que la ciudad tuvo la suerte de ver nacer y albergar; y con ello, el emblemático Colegio "José A. Rázuri" y su promociones de ayer y de hoy. Gracias amigo. Hugo Tafur (Japón, 24.08.12).
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LIMA 24.AGOSTO.2012- Para: Hugo Tafur
Estimado amigo:
Son mis deseos de que al leer el presente te encuentres gozando de paz, tranquilidad y armonía luego de saber que tu valioso MANUEL CASTRO CARBAJAL: EL CAPI CASTRO; ha sido recibido con beneplacito, ha vuelto a abrir los corazones al amor, al cariño, al respeto, a la consideración y a la identificaación con lo más humano que hace del hombre: el ser agradecido, por todo, por el tiempo, por la escucha, por la atención, por la dedicación, por la identificación, por el creer en tí -a pesar de que nadie te crea-; que son cualidadedes que tenía mi querido "viejo"; en casa, una de sus primeras nietas le colocó el "papáviejo", que le duró hasta que partió a la eternidad.  Muchas gracias mi estimado Hugo, y desde mi fe, que Dios nuestro Señor te colme de bendiciones.
Muchas gracias
M. Castro M.
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Señor Manuel Castro Morán:
Gracias por sus buenos deseos y bendición.  Me suena a un "Dios se lo pague" divino,
halago suficiente para un "escribidor" romántico, que gusta caminar por la vida como el Quijote de Cervantes, deshaciendo entuertos y haciendo justicia. En este caso, el de su amado padre, cuya vida entregada a la patria y a la juventud de varias ciudades del Perú, son méritos suficientes para que mi pluma cante en su homenaje. El "Capi Castro", amado por los muchachos de ayer, de todos los centros educativos donde trabajó impartiendo  su enseñanza cívica y amor a la patria, merece ser recordado con mucha gratitud. San Pedro de Lloc y los razurinos, tuvieron el privilegio de haberlo contado en vida como uno de sus más ilustres ciudadanos y mentores; ahora, que sus restos mortales descansan en su suelo y su nombre se suma por méritos a la larga lista de "héroes y hombres valientes", que enorgullecen a San Pedro de Lloc, pienso  que todos le debemos respeto y gratitud a su memoria. Un abrazo. Hugo Tafur (Japón, sábado 25.08.12) Hora 13:36.
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sábado, 4 de agosto de 2012

El cañan, en la hora cero - Bitácora 13


Cañan (Foto internet)
Después de 11,000 años de consumo
El cañan en la hora cero

Escribe : Hugo Tafur
      (peruano)

El sol resplandeciente de la mañana, subraya con más énfasis el páramo en que se están convirtiendo los otrora bosques voluptuosos de ayer, hoy lucen solitarios y tristes… sus áreas vacías y sin vegetación, son cada día más grandes y la sinfonía canora de otros tiempos se escucha lejana. El hombre, el animal más depredador sigue talando indiscriminadamente sus bosques; grandes y hermosos algarrobos, caen abatidos por el hacha criminal del inconsciente leñador furtivo, fraccionando de este modo el eco sistema y rompiendo con la cadena alimenticia de varias especies, especialmente, de los reptiles menores… quién tala un árbol, tala la vida, pues unido a ese árbol no solamente están otros árboles y animales que podemos ver, sino micro organismos, que enlazan la vida en una íntima cadena que llega hasta el hombre.

Antes, esos bosques, eran un emporio natural de abundante vida, con un marco hermoso de flora y fauna, donde la presencia mayoritaria de los algarrobos  evidenciaban que era el árbol que mejor se había adaptado a los ciclos de los bosques secos, tornándose vital para la vida, sumándose a este sabio equilibrio de natura, plantas como el algarrobo rastrero, el huarango, el pial, el espino, el faique, el chilco, el pájaro bobo, el bejuco, el sapote, el yunto, el sombrerito de abad, el cun cun, el gigantón, el puche puche, el bichayo, la flor de arena, la flor de clavo, la lapa, la hinea, etc., etc.; maraña vegetal que propiciaba la presencia de palomas cuculí, tortolitas, zorros, gatos montés, sapos, picaflores, garzas, coralillos, patos, murciélagos, iguanas, lagartijas, cañanes, etc., etc., que estructuraban de hecho un ecosistema preciado y deseado.


Ceviche de Cañan (Foto Internet)

En ese ambiente, ubicado en nuestra costa norte del Perú, nace, crece y se reproduce desde tiempos inmemoriales  el cañan, un pequeño reptil, cuya presencia ha sido testimoniado en ceramios, metal y petroglifos, por nuestras diferentes culturas y pueblos milenarios, que convivieron y degustaron su carne; según los arqueólogos, esta relación con el hombre data de unos 11.000 años. Precisamente, la bondad y delicia de su carne, lo hace muy preciado en diferentes potajes de nuestra gente del norte, aunque se argumenta también, que dicha preferencia esta incentivada por sus cualidades afrodisíacas; en todo caso, existen restaurantes especializados, cuyos platos bandera tanto en Virú como en San Pedro de Lloc, son el ceviche, las tortillas, el ajiaco, el estofado, el tiradito, etc., de cañan; sin embargo, todo esto no pasaría de una exigencia gastronómica de “picos finos” ,  sino fuera porque esta preferencia sibarita de muchas personas, hace del cañan, sujeto de extinción.

Extinción advertida, por arqueólogos y biólogos, que han investigado y efectuado estudios especializados sobre hábitos, costumbres y posibilidades de adaptación del cañan, como “11,000 años de consumo de reptiles en la costa norte del Perú” y “Hábitos alimentarios de Dicrodon guttulatum, cañan” los mismos que son una voz de alerta suscrita por la opinión del Instituto Nacional de Recursos Naturales – INRENA, al declarar a la especie en la categoría de animal en peligro de extinción; sustentando su opinión, en la destrucción de su hábitat,  que ya en el 2004 superaba las 10,000 hectáreas de bosques de algarrobos arrasados solamente en la Libertad y en su caza indiscriminada, con trampas, hondas, escopetas o cavando con pala en sus madrigueras; sencillamente, nos encontramos ante una disyuntiva que implica no sólo dignidad y amor a lo nuestro, es un asunto de vida o muerte, que debe motivar decisiones para preservar la especie, como así lo aconsejan los especialistas, quiénes proponen, que se cree áreas de reservas o criaderos que reúna las condiciones que propicien su adaptación y reproducción; esto, junto a reforzar e implementar a nuestra policía ecológica, dotándola de los vehículos e instrumentos modernos que se requiera para el cumplimiento de su función.
  
Felizmente, no todo esta perdido, aunque se estima que la población de cañanes ha bajado notablemente con respecto a años pasados, donde era posible descubrir a “ojos vista” un gran número de estos pequeños reptiles tomando sol en lugares que ahora ya no se ven como en la campiña de moche,  en la zona de San José, Virú, etc., es todavía posible conservar la especie, lugares como el Cañoncillo, en el Valle de Jequetepeque; el Algarrobal del Moro, en Virú; Conache, en Moche, Trujillo, nos dan esta esperanza, como los esfuerzos particulares y aislados que se hacen para preservar la especie. Recordemos que el cañan, es también una fuente de proteínas de la más alta calidad, que puede contribuir a solucionar el problema de la alimentación en nuestra población, siempre y cuando, ciñamos su consumo a normas estrictas de crianza y conservación.

Finalmente, me resulta curioso, que dos ciudades como: San Pedro de Lloc  y Virú, se maquetean como “La Ciudad de los Cañanes”, y de hecho, tienen en su spot publicitario la figura del cañan… ¡Oiga! Sólo para ofrecerlo como novedad culinaria, especialidad  de la casa… porque si sus autoridades no responden la siguiente pregunta: ¿Qué programas están desarrollando para evitar su extinción?.. Sólo estaríamos hablando de la depredación del cañan... Señores, la hora de pagar la cuenta... ¡Hay que preservar al cañan!.. de lo contrario resulta ilógico autotitularse "La Ciudad de los Cañanes", no lo merecen, ya que con esa política sólo son sus depredadores... los que están poniendo a la especie en peligro de extinción ¿O no?   
Japón-Tochigi Ken, 03 de agosto de 2012
Archivo Bitácora 13 - Japón
Revisada para el blogg (JAPÓN 51- 20120804)

COMENTARIOS:
Date: Sun, 5 Aug 2012 01:06:27 +0100Gracias Hugo por este hermoso articulo dedicado a un emblematico animalito orgullo Sanpedrano y del Norte Peruano.... acertadisimas apreciaciones.... y desde hoy acabo de alertar a mis paisanos para adoptar medidas para evitar su depredaciòn....Gracias mi querido Hugo..por este interesantìsimo articulo......un abrazote...ok
RAUL ORLANDO
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Estimado Amigo: Como siempre, es grato abordar temas vitales que implican daño a la vida en nuestro planeta. Me agrada sobremanera, la reacción inmediata a la alerta de posible extinción. Ojala que las autoridades de San Pedro de Lloc y Virú  puedan tener pronto una reserva del cañan. Saludos. Hugo (Japón 07.08.12).